Por Nazanin
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Publico.es
Breve nota de Hugo Adan, Octubre 21,2014
Si la
noticia triste es cierta, si Kobani cayó,
que no se
alegren mercenarios y tiranos,
pues han
desatado otra vez la fuerza de la razón
y la firme convicción
de la esperada resurrección.
Cuantas
veces quisieron matar esta nación,
jamás lo
consiguieron, jamás lo conseguirán.
Querrán intentarlo
otra vez,
porque así lo
ordena el emperador de turno,
y otra vez caerán
sus verdugos
víctimas de
su cobarde idiotez.
A la nación
Kurda jamás podrán matarla.
Volverá a
levantarse otra vez,
con la
fuerza infinita de la resurrección,
que no es
solo la fuerza de la razón,
también la
firme y sana convicción
de que llego
el momento esperado
de la gran
y final resurrección.
A la nación
Kurda jamás podrán matarla!.
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“Kobani no es una prioridad de EEUU”, aclara John Kerry para disipar dudas de quienes (incluso los propios kurdos) aún confunden al Gobierno de EEUU y sus marines con los hermanos de caridad que se desviven por salvar a los oprimidos del mundo.
La capital
del Kurdistán sirio y símbolo del experimento del Gobierno izquierdista del
Partido de la Unión Democrática (PUD) —próximo al Partido de los Trabajadores
de Kurdistán (PKK), Kobani y sus consejos populares— ha caído en pedazos
después de varias semanas resistiendo, desde que el 16 de septiembre fuese
asediada por los terroristas del Estado Islámico (EI), provocando la muerte de
cientos de civiles, y la huida de la mayoría de los 45.000 de sus habitantes.
Sin acceso a
alimentos ni atención sanitaria, los kobaníes aterrorizados no recibieron ayuda
ni de una inútil ONU ni de los estados que podrían haber recurrido a la
doctrina de Responsabilidad de proteger “R2P”, que le sirvió a la OTAN para
atacar a Libia. Aquí, no es ningún secreto que los mercenarios del
EI, que carecen de una sede “presidencial”, un cuartel general,
ministerios, cadenas de tele o aeropuertos, reciban avisos y huyan antes del
inicio de los bombardeos de la aviación de EEUU (¿por eso ningún centro
vinculado a los intereses de las potencias
occidentales ha sido atacado, hasta hoy, por el EI?).
Las bombas
caen sobre las posiciones de la guerrilla kurda, las viviendas o las
infraestructuras de la zona (la última, una refinería) para trasladar Siria a
la “Edad de Piedra” como se hizo con Irak y Libia, dos estados fuertes árabes.
La caída de
Kobani (significa “Unión”, por la alianza de dos tribus kurdas que fundaron la
urbe, que alberga milenarios monumentos asirios y armenios) es un duro golpe
psicológico al movimiento progresista kurdo.
KURDOS DE DERECHA Y DE IZQUIERDA
Es hora de
matizar el concepto del “pueblo kurdo”, —como grupo étnico de 30-40 millones de
personas repartidas entre varios países y unidas por un sentimiento de
pertenencia y lazos históricos—, y tratarle como cualquier sociedad que sufre
una encarnizada lucha de clases, aunque pese a los defensores fanáticos
del “mítico” pueblo kurdo para exigir
responsabilidad de una parte de la tragedia que sufren los kurdos de a pie,
a las élites que les guían, a veces hacia el infierno de las batallas
suicidas.
Desde la
Segunda Guerra Mundial ha habido tres zonas autónomas kurdas: la República de
Mahabad, dirigida por los marxistas en Irán en 1946, y que fue aplastada
duramente por las tropas del Sha; la Región Autónoma Kurda (RAK), instaurada en
Irak desde 1991 amen a la agresión militar de EEUU y sus socios, y gestionada
por las fuerzas derechistas y feudales; y la zona autónoma de los kurdos de
Siria, creada en 2012 a partir de una jugada estratégica de Bashar al
Assad, y liderada por el PUD, quien ha instalado un interesante e
incipiente sistema político de democracia popular directa.
Quizás la
peor parte de esta compleja y dolorosa lucha se la han llevado los kurdos de
Irak, que, además de ser perseguidos por los gobiernos del “nacionalismo
árabe”, han tenido que soportar, desde hace décadas, las consecuencias de los
tejemanejes de las familias Barezani y Talibani, dos clanes
dirigentes kurdos, que, en sus ansias de convertirse en cabeza de ratón que
no cola de león, vendieron su alma a EEUU (mientras éste bombardeaba
durante años a los civiles árabes iraquíes), y a las potencias y fuerzas más
reaccionarias de la región.
Su última
hazaña ha sido aprovechar el avance del EI sobre Irak para hacerse con el
control de varias ciudades del norte del país, e incluso utilizarle de mediador
para vender su petróleo a Turquía e Israel, justo cuando las atrocidades que el
Califato cometía contra las minorías religiosas izadíes y cristianas ocupaban
los titulares de la prensa mundial.
Masud
Barezani, el presidente millonario de la oligarquía engordada por la renta del
petróleo y la ingente ayuda de occidente, aprovechando esta situación iba a
declarar la independencia de la RAK de Irak, pero hoy, con el aumento del
conflicto, estará pensando en cómo evitar la destrucción de su feudo.
ERDOGAN PIERDE EN CASA Y EN EL CONSEJO DE SEGURIDAD
Los
disturbios, en protesta por la inacción de Ankara ante el avance del EI y la
matanza de los kurdos de Siria, que dejaron una treintena de muertos en el
sureste de Turquía, amenazan el proceso de paz iniciado entre Tayyeb Erdogan y
Abdullah Öcalan, el líder del PKK, ya que muchos de los líderes kurdos de
Turquía son de Siria (además de ser alauíes).
Los
manifestantes pedían habilitar un corredor de seguridad hasta Kobani —situada a
pocos kilómetros de la frontera turca—, y armar a sus combatientes, que luchan
contra el Estado Islámico. Eso es pedir peras al olmo: acabar con Kobani ha
sido un objetivo de Erdogan. Se ha librado del PKK en aquella zona sin
mancharse las manos de sangre.
Ante las
peticiones de “salvar Kobani” del PUD, las condiciones ofrecidas por Ankara no
tienen desperdicio:
- Que
abandone la idea de autodeterminación y rompa con PKK.
- Que se una
a la lucha por derrocar a Bashar al Assad.
- Que
integre las Unidades de Protección Popular, su brazo armado, en el Ejército
Libre de Siria.
- Que
permita a las tropas turcas gestionar la seguridad de la zona kurda de Siria,
controlando las entradas y salidas de las personas (¿o de los militantes del
PKK?). O sea, crear una segunda Gaza.
Obviamente,
Erdogan lo que pretende es la abdicación del PUD, destruir al PKK en Siria y
así sacar ventajas en sus negociaciones con la izquierda kurda de Anatolia.
¡Está induciendo al PKK-PUD al suicidio político! Además, con una mentalidad y
actitud así, ¿qué iba a ofrecer al PKK a cambio de que dejara la lucha armada?
Propuestas
estériles para ser rechazadas y para que el mandatario turco pudiese seguir
respaldando a su criatura del EI, que al puro estilo de las Yeni Cheri,
“Fuerzas Especiales Otomanas”, arrasan pueblos enteros en su camino.
Ankara
también ha ofrecido otras condiciones imposibles de realizar a la OTAN, a
cambio de unirse a la “Coalición antiEI”: crear una zona de amortiguamiento
terrestre y otra de exclusión aérea en el territorio sirio y eliminar a
Assad, lo que significa nada menos que una declaración de guerra a Damasco (¡y
a Irán!).
La negativa de la OTAN se debe a
que, en este momento, la prioridad de Obama es acabar con
el programa nuclear de Irán, y no aumentar la desconfianza de Teherán hacia las
verdaderas intenciones de Washington de volver
a militarizar Irak. Que no consiguiera ocupar el sillón del miembro no
permanente del Consejo de Seguridad en favor de España —el socio fiel de EEUU—
fue un duro castigo a este socio díscolo de la OTAN .
Erdogan corre el riesgo
de enfrentarse a una nueva ronda de la guerra contra el PKK y en la propia
Turquía. Aunque también existe la posibilidad de que Öcalan, que lleva 15 años en prisión, y
que ha renunciado al marxismo y a la independencia, pida a sus adeptos mantener
la calma. Está por ver la capacidad de “desobediencia” a Apo de aquel sector
del PKK que cuestiona las “concesiones casi unilaterales” del divinizado líder
kurdo. También existe la posibilidad de que estas protestas hayan sido
organizadas por quienes desean ver roto el diálogo kurdo-turco y de cómo Öcalan
se degrada en la Alcatraz turca.
El PKK se
encuentra en un callejón: si vuelve a las armas, perderá el poco apoyo
internacional del que goza, si no lo hace, será su fin político.
Los
gobernantes turcos que detestan al Partido de los Trabajadores kurdos
mantienen magníficas relaciones con el Gobierno derechista de la ARKI: el aroma
de petróleo y gas, y encima baratos, disipa cualquier tensión étnica.
IRÁN, PRAGMÁTICO Y AMENAZADO
Teherán, por
su parte, mantiene buena y activa amistad con los kurdos de Irak, respalda a
los kurdos sirios (por ser enemigos del EI) y, mientras persigue a PJAK (Partido
de Vida Libre del Kurdistán), la rama del PKK, autoriza, por primera
vez en tres décadas, una manifestación kurda en solidaridad con Kobani.
Israel
celebra la desintegración de Sudán, Siria, Irak, Libia y Yemen, esperando que
este proceso alcance a Irán, país con una veintena de grandes grupos étnicos
(azeríes, kurdos, baluches, turcomanos y árabes, ente otros), que viven sin
ningún tipo de autonomía político-administrativa, siendo caldo de cultivo de
tensiones étnicas. El mismo Israel que en 1999 contribuyó a la detención del
entonces marxista Abdullah Öcalan en Kenia, ahora apoya un Estado kurdo
independiente (si es de extrema derecha, mejor).
El mapamundi
de la Segunda Guerra Mundial, que empezó a sufrir cambios tras la
desintegración de la Unión Soviética, sigue cambiándose a golpe de guerras, y
en ésta, todo el mundo echa leña al fuego, enviando armas a los implicados, sin
que nadie proponga un plan de paz, evitando masacres de pueblos enteros.
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