viernes, 6 de julio de 2012

EL MIEDO COMO CHANTAJE DE LOS MERCADOS

EL MIEDO COMO CHANTAJE DE LOS MERCADOS
entrevista a TONI NEGRI por Pablo Chacon en
VERSION DE HUGO ADAN:
Este es un intento de eliminar lo nebuloso -el “sigue sin quedar claro” de Chacon- en el discurso de Antonio Negri. Si quiere la versión original de este articulo, visite los webs de abajo.

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EL CHANTAJE DE LOS MERCADOS
http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Antonio-Negri-Commonwealth_0_724127596.html
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=152115

En “Commonwealth”, tercer libro de la serie iniciada con “Imperio”, Hardt y Negri analizan las nociones de soberanía, democracia y el poder del capital financiero global. (poder basado en el miedo, he ahí su chantaje).

La entrevista trata sobre las “nuevas” condiciones de la producción cognitiva, sobre la emancipación en un mundo cooptado por el capital y sobre las representaciones (figuras) dominantes del hombre en el universo actual.

1. USTED HABLÓ DE EMANCIPACIÓN. ¿QUÉ QUIERE DECIR ESA PALABRA EN EL ACTUAL CONTEXTO GLOBAL?

En principio, hubo una primera definición de emancipación vinculada con una concepción individualista y universalista. La del individuo cuando nace el capitalismo. Entonces, el liberarse o “emanciparse”.estuvo ligado a la idea religiosa de salvación. La relación social que dio sustento a esa visión “utópica” ya no existe, esta agotada (aunque no superada aun pues no se sabe que viene luego del capitalismo). Por tanto, la primera idea de emancipación es individualista y universal, y abstractamente, se vincula al desarrollo de la producción histórica y se presenta como una utopía.

-AHORA ES DIFERENTE?.
-Sí. El desarrollo del capitalismo involucra a la sociedad de forma total, a todos los niveles. La cooptación de la sociedad por el capital no es formal sino real. Es decir: todos los valores que la sociedad produce (van al mercado) son traducidos en valores de intercambio. Se introducen bajo la categoría “moneda”. Eso ocurre u “opera” al interior de “oscuros” callejones (pasajes) financieros. En esos pasajes ocurren una serie de transformaciones facilitados la revolución tecnológica y los nuevos modelos políticos a nivel global.

Nos referimos a cambios en las ralaciones “trabajo” y “producción”; esto es, a cambios en las formas de vida y en la forma en que los sujetos ven y conducen su existencia. Y es en lo cognitivo, en la forma como el individuo entiende su vida, la raíz de la hegemonía dentro del actual sistema productivo. “La visión política también cambia porque más que encontrarnos frente a masas compactas y unidas, nos encontramos frente a una multitud de singularidades cohesionadas (transitoriamente) por tensiones productivas y reproductiva de la vida social.

-PERO ¿ES UNA ÉPOCA DE TRANSICIÓN?
-Sí, pero el resurgir de la cooperación, que si se da al nivel tecnológico, no ocurre al nivel político. “Se vive una situación de transición en el devenir común de la realidad productiva no se articula todavía con el devenir común de la realidad política, de la vida en la polis”. Vivimos un universo laboral que no nos vincula localmente (ni nacionalmente) sino que se expande a toda la sociedad universal, lo que corresponde a una cierta espacialización de la producción,de la financiarización en la que se mide el trabajo cognitivo. No existe otra medida del trabajo cognitivo que no sea a través de los instrumentos financieros. Las viejas categorías para medir el trabajo (estructuras espaciales como la fábrica, o temporales, como la jornada laboral) se han modificado.

2. ES SOBRE ESTE CAMBIO QUE USTED HABLA EN SU ÚLTIMO LIBRO?
Sí, puede decirse que reconociendo las determinaciones que operan en el nuevo mundo del trabajo, es posible desplegar una primera hipótesis respecto a la emancipación. Porque como tal, también ella está cooptada por el capital. El problema de la emancipación no aparece como un problema “ideal” sino como un problema práctico: “el pasaje del común actual al común de la forma tecnológica, al común virtual de las formas políticas” (el entender las condiciones de vida actual a los cambios tecnológicos y a las formas políticas virtuales pero dominantes aun).

PODRÍA EXTENDERSE SOBRE ESTE PUNTO?
-En la actualidad, las fuerzas productivas están más avanzadas que las relaciones de producción. Eso se constata todos los días. La crisis se presenta como una incapacidad de las relaciones de producción (estatales, financieras, globales) para contener (o absorber) la nueva productividad común. El mundo de las necesidades, del deseo de los trabajadores, de los productores, que es la dimensión cognitiva (no ingresa en esa ecuación) . Si el de las finanzas, sus formas, su viejo bloque, que insisten con la capacidad de convertir la ganancia en renta. Y es este retraso de las capacidades capitalistas para organizar la riqueza producida donde se produce la crisis.

SIGUE SIN QUEDAR CLARO…
-Mire, si se asume la existencia de un desequilibrio entre producción y formas políticas (el retraso de las formas políticas y su subordinacion a las formas económicas) puede pensarse en un conflicto entre lo biopolítico (tomando, por ejemplo, los aportes de Michel Foucault), esto es, entre la multitud y el biopoder (el poder económico) . El concepto de biopoder como nueva representación de la soberanía se coloca al lado del contexto biopolítico, que debemos considerarlo activo. “La vida política de cara al biopoder es la potencia susceptible de ser desplegada frente a ese desequilibrio”.

EN OTRAS PALABRAS...
-Esa contradicción muestra en conjunto las potencialidades y debilidades del tejido social y las asimetrías que crea el biopoder capitalista. Cuando se habla de emancipación, es válido tener presente esta asimetría. La emancipación se propuso como un problema que debía tener una solución jurídica, constitucional, pero en la etapa actual, conviene aclarar que “el uno está dividido en dos”, el uno se dividió en dos porque el concepto de poder y el concepto del capital han sido siempre dos. El capital no existiría como orden, como comando, si la fuerza de trabajo no fuera activa, si el trabajo no se presentara como trabajo viviente. Cuando digo que “uno se divide en dos”, no estoy diciendo que la ruptura de esa relación sea en términos absolutos. Sin embargo, “para que la relación exista, la obediencia debida al Estado o la proporción de trabajo vivo debida al capital está hoy fuertemente desequilibrada”.

3. CÓMO SE MIDE ESA RELACIÓN?

-Desde el punto de vista jurídico. Porque el derecho también se convierte en una medida, en una máquina que forma la relación entre Estado y ciudadanía, entre capital y trabajo vivo. Lo que queda claro cada vez más es que la política, a diferencia de lo que ocurrió en otras épocas, después de la gran crisis de los años 30, por ejemplo, no logra desarrollar una posición constituyente que esté al nivel de la historia de los movimientos constitucionales. La misma definición de constitución siempre fue una historia de mediaciones construidas alrededor de relaciones mercantiles de intercambio, eso en el caso de las viejas constituciones liberales. Y luego, en torno a la dialéctica capital-trabajo, en el caso de las constituciones democráticas.

Y HOY?
-Y hoy, es difícil redefinir categorías como democracia, soberanía nacional, representación, salario, ideología. ¿Cómo pueden conceptualizarse nuevamente estas relaciones fuera del conocimiento de que los mercados financieros y globales son sede eminente de producción autónoma politicidad y legalidad? El orden ejercido por el capital financiero tiende a saltar las mediaciones institucionales de las modernas democracias y se funda en el chantaje, por el solo hecho de que las garantías, en última instancia, del goce de los derechos esenciales, de la casa, la salud, la reproducción de la vida y los mismos salarios dependen, en forma irreversible, de las dinámicas y las continuas turbulencias del mercado.

4. ENTONCES ¿PARA QUÉ SITUAR LA EMANCIPACIÓN UNA VEZ QUE SE LA DEFINE COMO PROYECTO CONSTITUYENTE?
-Estamos viviendo situaciones en las cuales el problema constituyente está puesto en términos muy concretos. Es difícil considerar a los movimientos como otro poder frente al Estado. El proceso Estado-movimiento se diluye en una relación en la que no se entiende quién es el actor. Y se corre el riesgo de que el Estado finja que los movimientos se transforman, cuando en rigor es el mismo Estado quien crea esos movimientos: como imagen de su debilidad, y de su incapacidad de síntesis.

5. QUÉ SIGNIFICA EMANCIPACIÓN COMO POTENCIA CONSTITUCIONAL? ¿CÓMO PUEDE DEFINIRSE UNA EMANCIPACIÓN A PARTIR DE ESTA CRISIS?
Se puede hablar de emancipación como propuesta constituyente sobre un nuevo terreno espacial. Y segundo, tomando en la que cuenta la temporalidad, la tendencia a la cosa material. Es en este punto donde se pone en juego la transición histórica que hemos vivido después de la segunda mitad del siglo XX, de las transiciones incumplidas (del fascismo a la democracia en Italia y en España, por caso). En vez de una transición, se dio una superposición del modelo neoliberal, pero también puede decirse otra cosa. En este tiempo se discute cómo, después de 30 o 40 años, existen movimientos que expresan la necesidad de la transición, en la que la pasión de democracia, que es una pasión del común, destruye una serie de formalismos que bloquearon el desarrollo constituyente de la emancipación. Es el caso de los “indignados” de España, en Wall Street, Inglaterra, Alemania, y de forma más tímida, en el movimiento estudiantil chileno. La vitalidad argentina está cifrada en el hecho de que la transición no fue ocultada, sino protagonista de este pasaje.

6. ALGO QUE AGREGAR? (SI, LOS PROBLEMAS DE AUTO-REPRESENTACION DE LA VIDA POR EL CIUDADANO)
-Es razonable preguntarse cuáles son hoy las figuras de subjetividad en torno a las cuales gira la experiencia de la vida. La primera, es la del endeudado. La transformación productiva descripta se asienta sobre un movimiento que lleva del trabajo asalariado al trabajo precario. Pero si se quiere, es aquí donde emerge la base de una emancipación posible, nuevas condiciones de biopoder y nuevas condiciones de lo biopolítico. El trabajo precario (que es un trabajo cognitivo, en red, cooperativo) aparece como un excedente de capacidad productiva. La figura del trabajador precario pierde su autonomía bajo el capital, se convierte en endeudado.


-PERO NO ES LA ÚNICA FIGURA…
-La otra es la de el hombre mediatizado. Se está dentro del círculo de los medios de comunicación, y también de lo que es la capacidad de construir cooperación dentro de los medios. Pero también se está capturado. Ya no es más la conciencia del individuo alienado, sino de aquel tomado por el juego del poder. Está claro: la sociedad es extremadamente compleja, los riesgos vienen por todos lados, pero el riesgo no es tal cuando se convierte en miedo. De ahí la capacidad para responder al riesgo, a la dificultad de la vida, poniéndonos en comunicación, defendiéndonos. Piensen en la expansión de los sistemas carcelarios, que son los procesos de exclusión para introducir miedo. Esto es el Estado moderno: vive de la creación del miedo. La construcción del concepto de miedo viene de una voluntad de dominio, no de asociación.

LA FORMA MÁS PELIGROSA ES LA DE EL HOMBRE REPRESENTADO. Porque se choca con el problema de la emancipación. Las constituciones democráticas actuales y la idea de representación que construyeron, son el peor enemigo. El hombre representado es la suma del hombre endeudado, mediatizado y del asegurado. En la representación, ninguno de los valores democráticos (la emancipación, el devenir constituyente, la libertad) está garantizado.

-¿Y ENTONCES? QUE HACER?
-Es difícil. Para el hombre endeudado, existe una primera reacción: “Yo no pago la deuda”. Es la clave fundamental para comenzar a emanciparse políticamente. Es el rechazo a ser echado de mi casa porque no terminé de pagar un crédito. Es decir “quiero reapropiarme de esta riqueza común que fue construida sobre una base común”. Y se trata de pasar, después de ese rechazo, a lo que es una figura multitudinaria de rechazo dentro de una afirmación positiva: la deuda que “nosotros” tenemos se convierte en un hecho constitutivo de una sociedad un poco mejor. En definitiva, los problemas actuales de la emancipación tienen que ser pensados a partir de cómo representarnos. Esto no implica la repetición de fórmulas que sufrimos en el siglo pasado. Es un buen momento para plantear alternativas porque se nos escucha.

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