[Así quien
no va a la Guerra. A mí que me asignen una y me enrolo al PPK. Hugo]
Nazanin Armanian. Oct 4, 2014. http://www.nazanin.es/?p=11245
Publico.es
Un nuevo
actor político irrumpe en el caótico escenario de Oriente Próximo: los
kurdos, y eso a pesar de su milenaria presencia. Además del PKK (Partido de los
Trabajadores de Kurdistán) y del lamentable papel que está jugando el
Gobierno Autonómico del Kurdistán Iraquí (GAKI), los kurdos sirios, que gracias
a una calculada retirada del ejército de Bashar Al Assad en julio de
2013, cuyo objetivo era enredar a su gran enemigo turco, pasaron de vivir en un
espejismo de autonomía a una situación a la que se añade hoy, y desde Kobani,
más incertidumbre en el preocupante estado de la región, que no para de ir a la deriva.
¿QUIÉNES
SON LOS KURDOS?
Posibles
descendientes de los Qardu —comunidad nombrada en una tablilla sumeria de hace
5.000 años—, o quizás como plantea su mitología, hijos de los Gord
(“corpulento, fuertes”), guerreros Medo-arios que habitaban las tierras
iraníes, y que se salvaron de la matanza de Zahak, un sanguinario conquistador
de Babilonia. Hablan además del kurdo —de la rama iraní de las lenguas
indoeuropeas—, los idiomas oficiales de los estados donde habitan hoy. En Irak,
Turquía y Siria profesan, mayoritariamente, un Islam suní, y en Irán también chiita y siempre con fuertes huellas de los credos
preislámicos de Zaratustra, Izadí, budismo y judaísmo.
El término
Kurdistán (stán, del verbo astán «estar, lugar de hábitat»)
aparece en 1150 como provincia iraní cuya capital era Ecbatana (Hamadan), urbe
que alberga la tumba del Ciro El Grande. En el siglo XVI, Irán pierde buena
parte del Kurdistán en la guerra con los otomanos. Es también cuando empezó el
proceso de disolución de los principados semiautónomos kurdos en ambos lados,
gracias a un fuerte centralismo de sus gobiernos: el último en 1847 en el Aldo
turco.
La
desintegración del imperio otomano en la Gran Guerra fue seguida del reparto de
sus poblados por los colonialistas europeos entre Turquía, Irak y Siria, a
espaldas de sus gentes, y a pesar de que les prometieron asignarles
también un Estado. La fundación de la URSS y en su seno la creación del Kurdistán
rojo —donde por vez primera los kurdos pudieron investigar sobre sus
orígenes, su lengua, credos, etc.— no significó mejorar su situación en
los estados nacionales seculares en Irak, Siria, Turquía o Irán.
Tuvo que
acontecer otra guerra imperial con un nuevo reparto de las zonas de influencia
en el año del derrumbe de la URSS para que la cuestión kurda volviese al
escenario regional y mundial. Uno de los resultados del ataque dirigido por
EEUU contra Irak en 1991 fue el inicio de su mutilación: los kurdos tendrán una
autonomía, un oasis tutelado por Washington, con la condición de que no miraran
al infierno de bombas, muertes y dolor del lado árabe, o de lo contrario les
caería una maldición por desobedientes y se convertirían en una estatua de sal,
como la mujer de Lot.
Los cerca
de 30 millones de kurdos, que además de no poder ejercer su derecho de
autodeterminación han tenido que vivir bajo regímenes despóticos en una región
de primera orden estratégica, son repartidos de esta manera: Turquía con 14
millones; Irán, 7; Irak, 4 y Siria, 2 millones. Salvo en Irán, que son el tercer
grupo étnico tras los persas y azeríes, han sido el segundo grupo más grande de
dichos estados. El resto se encuentran en Armenia, Georgia, Israel, Azerbaiyán,
Líbano, Europa y EEUU.
Proceden de
las zonas kurdas el 40% del crudo iraquí, el 10% del iraní, y casi la totalidad
del escaso fuel extraído en Siria y en Turquía.
UNA
LUCHA NO SIEMPRE DEFENDIBLE
Los kurdos,
al igual que los palestinos, no siempre han tenido líderes sensatos, hábiles,
progresistas y modernos capaces de dirigir su durísima y compleja batalla en un
cambiante contexto regional y global. Las influyentes familias
kurdo-iraquíes de Masoud Barezani, el actual dirigente de la autonomía kurda y
Jalal Talebani, el presidente de Irak, representan esta situación, enturbiada y
supeditada a los intereses de la élite kurda y sus aliados regionales (Turquía,
Qatar, Israel) y mundiales (EEUU y la UE), quienes desde hace décadas echan
arena en los ojos de los kurdos de a pie para confundirles sobre quiénes son
sus verdaderos amigos y quienes los oportunistas o interesados
despiadados que se forran gracias a su tragedia.
SACAR
14 MINI ESTADOS DE LAS ENTRAÑAS DE CINCO
El NewYork
Times del 23 de septiembre del 2013 pronosticaba que el Nuevo Oriente Medio de EEUU nacerá del descuartizamiento
de cinco grandes países convertidos en 14 diminutos países controlables y
sometidos. Cambiar el mapa de Irak, por ejemplo, supondría expulsar del sur y
de Bagdad a unos 400.000 kurdos.
Un Estado kurdo sirio y otro iraquí forman parte del borrador
de este diseño, al que Arabia Saudí se opone: romper Irak significaría la
tutela de Irán sobre la región petrolera del sur chií, y regalarle un acceso
terrestre directo a la zona también chií de la Tierra de Mahoma.
La ONU
sigue muda, observando cómo mueren miles de personas en la zona, y cómo se
bombardea el silo o las plantas petrolíferas de Siria.
El papel de
los kurdos desde el drama de Kobani y la masiva atención de los medios de
comunicación en parte se deben a que los kurdos podrán llevar a cabo la
estrategia del Pentágono de EEUU en la zona mejor que los islamistas, que han provocado un profundo rechazo y
odio de los propios musulmanes. Afirma el exdirector de la CIA, Michael Hayden,
que un Kurdistán “independiente“ asegurará la presencia de EEUU (o
sea, convertirse en otro Israel), donde pueden “tener una base desde donde
operar, y cuando sea necesario, aplicar cuidadosamente el poder
estadounidense”.
Los
intereses de los pueblos no pueden coincidir con los de la oligarquía
energética o armamentística que organizan y dirigen estas guerras.
Tras el
fracaso de los experimentos con los “rebeldes sirios”, asimilar su incapacidad
para derrocar a Assad y ser una alternativa a su régimen, Washington recurre a
los kurdos afines: son más presentables y sus mujeres van sin velo y además
recuerdan a las partisanas europeas. Esta opción le permite domesticar al PKK,
y no sólo a través de Barezani, sino negociando directamente con el Partido de
la Unión Democrática Kurda (PYD), a cambio de la promesa de “salvarles”. Esta
también es una apuesta inútil: por exagerar el poder y la capacidad de los kurdos, y por no contar con la reacción de
Irán, o de lo que ha quedado de un Irak balcanizado, o la de Turquía a la que
EEUU pretende contener sus ambiciones antes de que vaya por libre y amenace sus
intereses. Además, su derrota por no poder hacerse con un escaño del Consejo de
Seguridad fue de lo más humillante: sólo 60 votos frente a los 132 de
España o 180 de Venezuela. Esto ha sido un aperitivo.
[Aunque me asignen el perrito, por estar cerca a ella, me enrolo al PPK]
LA ALIANZA KURDO-ISRAELÍ
Gran parte
de los partidos kurdos aseguran que un acercamiento a EEUU e Israel es la única
garantía de conseguir un Estado. ¿Hablan de los mismos que impiden un Estado
palestino? ¿No fue Mossad quien secuestró y entregó al líder kurdo Abdulá
Ocalan a los militares turcos para que se pudriese en la cárcel? Cierto que Tel
Aviv, que desde 1960 entrena a la milicia kurda iraquí a cambio de su
cooperación en espionajes (en 2006 la BBC emitió imágenes de militares
israelíes entrenando de forma secreta a peshamergas y en julio del 2007 el
Programa Newsnight de la misma cadena revelaba torturas y malos tratos
en sus prisiones), presiona a Obama para que se invente un Kurdistán, y no sólo
por convertirlo en su base militar en las fronteras de Irán, Irak y Turquía, o
llevarse el petróleo kurdo, sino también por imponer un largo conflicto de
desgaste entre los kurdos y aquellos estados. El hijo de Morris Amitay —ex
director ejecutivo de AIPAC— dirigió el Instituto Kurdo en Washington.
La llegada del
primer cargamento de petróleo kurdo iraquí a Israel ha sido prueba de lo que
venimos diciendo en la víspera de la invasión de la OTAN a Irak en 2003: el
acceso de Israel al petróleo y agua de este país era uno de los principales
objetivos en la doctrina Doble
Contención y la guerra que Tel Aviv delegó en Bush.
Los kurdos
se hubieran beneficiado de un Irak estable y democrático. ¿Desconocen,
realmente, que las leyes de la dialéctica e incluso de la química
les impedirán vivir en un oasis creado en el medio de un infierno de guerras de
expolio?
Los
caudillos kurdos, desde un nacionalismo clasista, miope e insolidario han sido
y son cómplices necesarios de los ataques de las potencias mundiales a los
desarrapados de la región.
LA
PAKISTANIZACIÓN DE TURQUÍA
En 1978
Pakistán, Arabia Saudí y EEUU organizaron en primer lugar al grupo
terrorista de Muyahedines afganos, invitándole
incluso al Despacho Oval para derrocar al Gobierno socialista de Kabul y acosar a la URSS
en sus fronteras sureñas, y después a los Talibán para que pusieran fin al caos
creado por la anterior criatura, y poder construir el gaseoducto transafgano.
Hoy, Pakistán es uno de los países más azotados por un terrorismo que ha
arrancado la vida a miles de pakistaníes.
El
rifle de las mujeres bellas
Las
imágenes de las mujeres kurdas —atractivas, sonrientes, sin velo y armadas—
ocupan las primeras páginas de la prensa, contrastando las fotos de las
muchachas de Yihad Al-Nikah, envueltas en la abaya y abducidas por jóvenes
barbudos y aventureros que pretenden
completar el triángulo de “violencia, dinero y sexo” allí, en las míticas
tierras sirias. En
ambos casos, ellas no son más que la carne de cañón de intereses ajenos, al
igual que los hombres que las acompañan.
Los líderes
masculinos kurdos, que pretenden vender este conflicto reaccionario e
imperialista como una lucha por la liberación nacional, y pasar por
progresista, no dicen a cuántas mujeres han permitido estar en los órganos de
toma de decisiones, o cuántas han sido asesinadas en los crímenes de honor y
otras fórmulas autóctonas de la violencia contra ellas, o forzadas a casarse.
No es
feminista querer igualdad con los hombres en cuestiones de matar y morir o en
desatar conflictos armados ni es masculino organizar matanzas de
poblaciones enteras: para eso están los poderes financiados por las empresas de
armas y de energía, sin o con rostro humano.
Los kurdos,
que han vuelto a ponerse en el lado incorrecto de la historia, van a mostrar
cómo la administración del espacio político en esta zona, basada en las
identidades étnicas y confesionales, puede acabar en una monumental catástrofe,
de la que ellos tampoco se salvarán. Si hay una coalición local-regional e
internacional para repartirse el pastel de esta azotada región, también debe
haber otra alianza con las mismas dimensiones para sabotear este megaproyecto y
esta mini guerra mundial.
http://blogs.publico.es/puntoyseguido/2186/kurdos-hombres-conseguidores-con-bellas-mujeres-armadas-detras/
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RELATED DOCT
Extracto
del libro (2007) LOS KURDOS EN IRAN La
desintegración tribal El principal rasgo de la actitud
reivindicativa de los más de seis millones de kurdos que habitan en un país tan
multiétnico, como Irán, es considerarse más iraníes que el resto de
sus habitantes, como los azerbaiyanos, [...]
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