EL POLVORÍN GLOBAL por Nazanin
Armanian
Nazanin Armanian analiza el contexto
geopolítico global
En unas jornadas de Xarxa en Lluita
de l’Horta (Valencia)
Comenta:
Enric Llopis. Rebelion: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=192057
Los medios de comunicación
subrayaron la primera semana de noviembre la victoria del Partido Republicano
en el Senado estadounidense y la ampliación de su mayoría en la Cámara de
Representantes. Pero lo ocurrido fue mucho más que el resultado de unos
comicios. “Es el último gran golpe del capitalismo a la
humanidad”, según la politóloga hispano-iraní Nazanin Armanian. “El pueblo norteamericano ha votado el fin de la era
anti-Bush; algunos de los elementos que han entrado en el Congreso y el Senado
son peores que Bush. Sus primeras declaraciones –directas o indirectas- apuntan a llevar la guerra a Irán o Rusia. Hasta qué punto lo
puedan conseguir es discutible, pero no descartable”.
Dicho en términos más
simples, la Doctrina Obama “se ha ido a garete”. Cuando el actual presidente de los Estados Unidos
llegó al poder, pensaba que podía retirar parte de las tropas de Iraq y
Afganistán para centrarse en un nuevo objetivo: contener y cercar a la potencia
China. Esto suponía considerar problemas “regionales” lo que ocurría en Oriente
Medio. “Pues no”, niega Nazanin Armanian: “Arabia Saudí, Qatar (un diminuto
país en el mapa) e Israel han conseguido arrastrar a Obama y su equipo otra vez
a Oriente Medio; China y Rusia están por ello muy contentos. Por eso no están
moviendo un dedo para detener la reocupación y tercera guerra de Iraq”, ha
afirmado en las jornadas “Acció…Reflexió…Acció” organizadas por Xarxa en
Lluïta, en el Centro Social la Dàhlia de Mislata (Valencia).
Actualmente se da en el
mundo una pelea entre fuerzas capitalistas, mundiales y regionales, para el
reparto de las zonas de influencia. “En ningún
caso se trata de una batalla progresista”, zanja la politóloga. La Tercera
Guerra Mundial está, hoy, localizada. En Afganistán, Iraq, Siria, Sudán,
Somalia, Libia, Mali, Nigeria, Níger…Este nuevo reparto del mundo empezó con
las llamadas “primaveras árabes” (movimientos populares espontáneos en Egipto y
Túnez por la democracia política y económica), y la caída de dictadores como
Mubarak y Ben Ali. “Estados Unidos y sus aliados se aprovecharon y provocaron
cambios; lo que sucedió después en Libia y Siria no fueron en ningún caso
primaveras espontáneas”, explica Nazanin Armanian.
¿Qué sucedió en Egipto?
Estados Unidos reaccionó inmediatamente y en 18 días se quitó de en medio a
Mubarak. “Mucha gente comparó entonces los
acontecimientos de Egipto con lo ocurrido en Irán en 1979 y la caída del Sha;
la revolución iraní duró un año, mientras que las revueltas en Egipto menos de
un mes; en diez días Obama adoptó cuatro posiciones diferentes; finalmente se
deshizo de Mubarak para impedir que las fuerzas progresistas tuvieran más
protagonismo. Y puso en el poder a los islamistas, que han sido una de las
bazas del capitalismo en Oriente Medio desde principios del siglo XX”.
Después de las “primaveras
árabes” llegó Libia. El siguiente episodio en el reparto de Oriente Medio. Según la articulista del diario Público, “fue un
complot absoluto contra el país más desarrollado que hubo en África, por
ejemplo en avances de la población femenina y con una esperanza de vida de 78
años”. Otro “complot” se produjo después en Siria. “Allí hubo un movimiento
progresista, aunque minoritario, por un cambio democrático en seguida
aprovechado por las fuerzas reaccionarias regionales (Israel, Arabia Saudí,
Qatar, Irán y Turquía”.
En Siria el conflicto
trascendió y alcanzó una dimensión internacional, entre Estados Unidos y Rusia. En Tartus (Siria), Rusia cuenta con la única base
militar en el mundo fuera de sus fronteras (“perderla supondría sobre todo un
golpe psicológico, ya que no tiene mucha utilidad”). A Rusia, mirando de reojo
al pueblo checheno, no le interesaba la presencia de grupos islamistas en
Siria. Tampoco a China. En todo caso, resume Nazanin Armanian, “Rusia y China
intentaron mantener el único gobierno laico de Oriente Medio; el resto son
gobiernos religiosos, semi-religiosos o teocráticos”.
El reparto global se
extiende asimismo a África, de manera muy silenciosa. “Lo que están haciendo no es sólo cambiar el régimen
de determinados países (esto lo podían hacer con un golpe de estado o
asesinatos selectivos, como solía hacerse)”. ¿Cuál es el guión imperialista? Se
procede a la destrucción de un estado vertebrado (con sus hospitales, escuelas,
puentes, depósitos de agua, ejército regular) para convertirlo en un “territorio”
o estado “fallido”. Pero no sólo se ha modificado la estructura de los países.
También sus fronteras. Sucedió en Yugoslavia (país que ya no existe). Pero
también en Sudán (hace tres años, de manera muy silenciosa). “El país más
grande de África fue partido en dos”, resume la analista. “El sur de Sudán –la
zona petrolífera (donde operaban las petroleras chinas)- fue ocupada
militarmente por Estados Unidos e Israel; las tres primeras embajadas en abrir
sus puertas fueron las de estos dos países y el Vaticano”. El resultado: “una
hambruna y una guerra civil; según la ONU, al menos cien personas mueren
diariamente por estos motivos”.
Tampoco existe hoy un
estado en Libia, reducido a zonas semi-autónomas o principados bajo el control
de paramilitares. Pueden
distinguirse dos gobiernos, en Trípoli y Bengasi. Libia es un “territorio” o
“país fallido”. Otro ejemplo es Iraq, un “territorio” actualmente partido en
tres zonas. O Siria, donde el gobierno no posee el control de todo el país.
¿Qué instrumento se ha utilizado para el dominio de Iraq y Siria? según Nazanin
Armanian, “el Estado Islámico (EI), que es un absoluto invento del Pentágono”.
“Que de repente un grupo paramilitar con machetes –sin aviones, helicópteros ni
tanques- ocupe una tercera parte de un país como Iraq, es algo que no ha hecho
jamás ningún grupo guerrillero de la humanidad”, explica.
La conclusión es que
Estados Unidos y sus aliados “han desmontado prácticamente Oriente Medio y
ahora quieren montar otros países a su medida” (El 23 de
septiembre de 2013 The New York Times publicó dos mapas que plasmaban el nuevo
diseño de Estados Unidos para la región: cinco países se convertían en 14).
Pero, según la politóloga, “el problema que tienen los pueblos de la zona es
que ahora no ocurre como en la época de la URSS, donde gobiernos pequeños y
grupos organizados obedecían a un campo o a otro; porque les financiaban y
proporcionaban armas”. Actualmente “hay tantos gobiernos y tantos actores
sociales y políticos, que nadie controla la situación; un actor neutraliza lo
que hace otro”. Por ejemplo, Arabia Saudí no obedece a Estados Unidos. “Son muy
amigos y muy aliados, pero Arabia Saudí odia a Obama; lo odia tanto que ha
financiado a los halcones tan agresivos que han ganado el Senado”.
El eje del avispero
mundial recorre Oriente Medio-Asia Central. Si se trazara un rectángulo,
incluiría a los cuatro principales productores de gas del planeta (el producto
energético del siglo XXI). Por
ejemplo, Irán, la primera reserva gasística del mundo (por delante de Rusia
tras los últimos descubrimientos). “El gas y el petróleo iraní no están bajo el
control de las multinacionales occidentales, por tanto, la madre de las
batallas está en Irán, aunque de momento no lo digan porque todavía hay un
gobierno fuerte y una población que no está formada por grupos tribales; es una
nación desde hace 3.000 años”. Por tanto, “han de ir por fases”. No pueden
actuar las potencias imperiales del mismo modo que en Iraq, Afganistán o Libia.
El trasfondo de la guerra
de Siria es también un conflicto de gaseoductos. Así, “la participación de Qatar en esta guerra obedece
a motivos estrictamente económicos”: impedir la construcción del gaseoducto
Irán-Iraq-Siria con salida al Mediterráneo, e imponer su alternativa: el
gaseoducto Qatar-Arabia Saudí-Iraq-Siria (todo ello tras el descubrimiento de
“South Pars”, uno de los mayores depósitos de gas del planeta). Además, hasta
hace aproximadamente dos años Estados Unidos era importador neto de gas y
petróleo. La situación ha cambiado por el fracking. Estados Unidos, que
compraba el 40% del gas qatarí (uno de los primeros productores mundiales de
gas licuado) tiene ahora otros planes, e incluso tiene previsto eliminar
barreras legislativas a la exportación. Qatar ha de buscar nuevos mercados, y
mira a Asia.
La situación es
endiabladamente compleja y las ramificaciones llegan al conflicto de Ucrania. “Estados Unidos quiere que los europeos no compren
gas ruso y que compren el suyo; Obama lo ha dicho directamente; pero para que
Estados Unidos pueda sustituir a Rusia, esto sería en el mejor de los casos en
2018”. El vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, sostiene que han de
cambiar las fronteras de Oriente Medio, sobre todo de Siria e Iraq, para crear
países pequeños a partir de criterios como la confesión y el grupo étnico.
“Esto implicaría una limpieza étnica en cada ciudad”, señala Nazanin Armanian.
Joe Biden (jr), hijo del vicepresidente, es director de Burisma Holdings, una
de las compañías de gas más importantes que operan en Ucrania.
A todo ello se agregan
conflictos larvados que todavía enredan más el panorama. Como “la amenaza de
Israel al Líbano con devolverlo a la edad de piedra; el próximo país en caer
podría ser Líbano, o incluso Jordania; Israel también ha vuelto a amenazar
a Irán”. “Nadie controla nada”, reitera la analista, y añade “algo muy grave
que sucedió hace tres días y no ha ocupado titulares; las negociaciones
nucleares entre Estados Unidos e Irán no han llegado a ninguna parte; los
republicanos estadounidenses, Arabia Saudí, Israel y sus grupos de presión
están presionando ahora para un aumento de las sanciones contra Irán”. Cerca
del 70% del presupuesto estatal iraní depende de la venta del petróleo. Las
sanciones, confían los aliados, podría generar una rebelión popular, la caída
del régimen, una guerra civil y la desintegración de un país formado por 15
pueblos diferentes.
De hecho, “existe el caldo
de cultivo para un conflicto étnico en Irán; por
ejemplo, el Partido Democrático del Kurdistán iraní, el más veterano de los
kurdos y el único que no era independentista, ahora ya lo es; en sus páginas
webs están declarando la lucha armada contra el gobierno islámico de Irán, así
como la unión a los kurdos de Iraq y Siria para formar un país”. Tampoco merece
demasiadas líneas en los periódicos Yemen, el primer país comunista árabe en
los años 70 (Yemen del Sur) y donde han podido verse, en manifestaciones,
camisetas con el Che Guevara. Cita Nazanin Armanian la presencia en este país
de fuerzas progresistas sólidas, con sindicatos obreros que hacen uso de
consignas socialistas, comunistas, anarquistas o maoístas. El
polvorín global.
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