jueves, 25 de agosto de 2011

EL CAPITALISMO SINIESTRO CAE EN PICADA SOBRE LIBIA


EL CAPITALISMO SINIESTRO CAE EN PICADA SOBRE LIBIA
OR: El desastre capitalista cae en picada sobre Libya
By Pepe Escobar

English version below:
Asia Times Online: DISASTER CAPITALISM SWOOPS OVER LIBYA
http://www.atimes.com/atimes/middle_east/mh25ak02.html


Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


Piensen en la nueva Libia como el último y espectacular capítulo de las series del Capitalismo Siniestro. En lugar de armas de destrucción masiva, nos encontramos con la R2P (“responsabilidad para proteger”). En lugar de neoconservadores, ahí tenemos a los imperialistas humanitarios.

Pero el objetivo es el mismo: el cambio de régimen. Y el proyecto es el mismo: desmantelar completamente y privatizar una nación que no estaba integrada en el turbo-capitalismo; abrir otra (lucrativa) tierra de oportunidades para el turboalimentado neoliberalismo. Todo nos viene especialmente bien, todo es útil, ahora que nos encontramos en medio de una recesión casi global.

Llevará algún tiempo; el petróleo libio no regresará completamente al mercado hasta dentro de unos 18 meses. Pero ahí tenemos también la reconstrucción de todo lo que la Organización del Tratado para el Atlántico Norte (OTAN) ha bombardeado (sin olvidar que en Iraq aún no se ha reconstruido gran cosa de todo lo que el Pentágono arrasó en 2003…).

En cualquier caso, y en teoría –desde el petróleo a la reconstrucción-, se avecinan jugosas oportunidades para hacer negocios. El neo-napoleónico Nicolas Sarkozy de Francia y el británico David Cameron de Arabia creen que están especialmente bien posicionados para aprovecharse de la victoria de la OTAN. Pero no hay garantía de que la nueva bonanza libia sea suficiente para sacar a los antiguos poderes coloniales (¿neocoloniales?) de la recesión.

Será sobre todo el presidente Sarkozy quien ordeñe, en todo lo que valen, las oportunidades de negocio para las compañías francesas como parte de su ambiciosa agenda “estratégica del reorientación” de Francia en el mundo árabe. Unos medios de comunicación franceses serviles no dejan de regodearse con que esta era “su” guerra, repitiendo una y otra vez que decidió armar a los rebeldes sobre el terreno con armamento francés, en estrecha cooperación con Qatar, incluyendo una unidad clave de comandos rebeldes que se trasladó por mar desde Misrata a Trípoli el sábado pasado al comienzo de la “Operación Sirena”.

Bien, Sarkozy vio realmente el comienzo de todo cuando el jefe de protocolo de Muamar Gadafi desertó y se fue a París en octubre de 2010. En ese momento fue cuando empezó a incubarse todo el teatro del cambio de régimen.

BOMBAS POR PETRÓLEO

Como señalé anteriormente (véase “Bienvenidos a la democracia en Libia” del 24 de agosto), los buitres ya están sobrevolando Trípoli para atrapar (y monopolizar) el botín. Y sí, la mayor parte de las acciones desplegadas tienen que ver con el reparto del petróleo, como manifestó Abdeljalil Mayuf, director de información de la compañía “rebelde” Arabian Gulf Oil: “No tenemos problema con las compañías de países occidentales como Italia, Francia y Gran Bretaña. Pero puede que tengamos algunos inconvenientes políticos con Rusia, China y Brasil”.

Sucede que estos tres países son miembros destacados del grupo BRICS de economías emergentes (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que están actualmente creciendo mientras que las economías atlantistas y bombardeadoras de la OTAN están varadas en el estancamiento o en la recesión. Sucede que también los cuatro BRICS más importantes se abstuvieron de aprobar la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, el timo de la zona de exclusión aérea que se metamorfoseó en el cambio de régimen facilitado por la OTAN desde arriba. También ellos vieron la historia muy clara desde el principio.

Para empeorar aún más las cosas (para ellos), sólo tres días antes de que el AFRICOM del Pentágono lanzara sus primeros 150, más o menos, Tomahawks sobre Libia, el coronel Gadafi dio una entrevista en la televisión alemana haciendo hincapié en que si atacaban el país, todos los contratos alrededor del petróleo irían a parar a las compañías rusas, indias y chinas.

Así pues, los ganadores de la bonanza del petróleo son los ya nombrados: los miembros de la OTAN más las monarquías del Golfo. Entre las compañías implicadas: British Petroleum (BP), la Total de Francia y la compañía nacional petrolera de Qatar. En cuanto a Qatar –que envió aviones de combate y de reclutamiento a las líneas del frente, además de “rebeldes” entrenados en técnicas de combate exhaustivas que ya están administrando las ventas de petróleo en la zona oriental de Libia-, se revelará que la guerra misma fue una decisión inversora muy acertada.

Antes de los largos meses de crisis que están llegando ahora a su jugada final con los rebeldes en la capital, Trípoli, Libia estaba produciendo 1,6 millones de barriles al día. Una vez que vuelva a ponerse en marcha la producción, ésta podría hacer que los nuevos gobernantes de Trípoli recojan una cosecha anual de alrededor de 50.000 millones de dólares. La mayor parte de las estimaciones sitúan las reservas de petróleo en 46.400 millones de barriles.

Es mejor que los “rebeldes” de la nueva Libia no se metan con China. Hace cinco meses, la política oficial de China ya estaba llamando a un alto el fuego; si tal cosa hubiera sucedido, Gadafi controlaría aún más de la mitad de Libia. Pero Pekín –que nunca ha sido fan del cambio violento de régimen- está ejerciendo por el momento una moderación extrema.

Wen Zhongliang, el viceministro del ministerio de Comercio, observó intencionadamente: “Libia seguirá protegiendo los intereses y derechos de los inversores chinos y confiamos en continuar con el proceso de inversiones y cooperación económica”. Los comunicados oficiales incidían sobre todo en la “cooperación económica mutua”.

La semana pasada Abdel Hafiz Ghoga, vicepresidente del poco fiable Consejo Nacional Transitorio (CNT), dijo a Xinhua que había que respetar todos los acuerdos y contratos negociados con el régimen de Gadafi, pero Pekín va a tener muy pocas oportunidades.

Libia no suministró en 2010 más del 3% de las importaciones chinas de petróleo. Angola es un proveedor mucho más importante. Pero China es aún el principal cliente petrolero de Libia en Asia. Además, China podría ser de gran utilidad en el frente de reconstrucción de las infraestructuras o en la exportación de tecnología. Antes del estallido de la guerra tribal/civil, había más de 75 compañías chinas, con unos 36.000 empleados, sobre el terreno, que fueron velozmente evacuados en menos de tres días.

Los rusos –desde Gazprom a Rafnet- tenían miles de millones de dólares invertidos en proyectos libios; el gigante del petróleo brasileño Petrobras y la compañía constructora Odebrecht también tenían intereses allí. Aún no está claro qué pasará con ellos. El director general del Consejo Comercial Ruso-Libio, Aram Shegunts, está tremendamente preocupado: “Nuestras compañías lo perderán todo porque la OTAN les impedirá hacer cualquier negocio en Libia”.

Italia parece haber aprobado la versión “rebelde” de “estás con nosotros o contra nosotros”. El gigante energético ENI parece que no va a verse afectado, porque el Premier Silvio “bunga, bunga” Berlusconi plantó pragmáticamente a su anterior compinche al comienzo de los bombardeos en serie del AFRICOM y la OTAN.

Los directores de ENI confían en que antes del invierno el petróleo y el gas libio fluyan de nuevo hacia Italia. Y el embajador libio en Italia, Hafed Gaddur, volvió a asegurar en Roma que se respetarían todos los contratos de la era Gadafi. Por si las moscas, Berlusconi se reunirá con el primer ministro del CNT, Mahmud Yibril, este jueves en Milán.

BIN LADEN AL RESCATE

El ministro turco de Asuntos Exteriores Ahmed Davutoblu –el de la famosa política de “cero problemas con nuestros vecinos”- también ha estado babeando elogios a los ex “rebeldes” convertidos en mandamases. Sin perder tampoco ojo a la bonanza de los negocios post-Gadafi, Ankara –como flanco oriental de la OTAN- acabó ayudando a imponer un bloqueo naval sobre el régimen de Gadafi, cultivando cuidadosamente al CNT, al que reconoció formalmente en julio como gobierno de Libia. Se avecinan las “recompensas” comerciales.

Después tenemos el complot principal: como va a aprovecharse la Casa de los Saud de haber tenido un papel decisivo en establecer un régimen amistoso en Libia, posiblemente aderezado con notables salafíes; una de las razones claves de la embestida saudí –que incluyó una falsa votación en la Liga Árabe- fue el enorme rencor que se profesaban Gadafi y el rey Abdullah desde los preliminares de la guerra de Iraq en 2002.

Nunca se destacará suficientemente la cósmica hipocresía de una teocracia medieval/monarquía absoluta ultra-regresiva que invadió Bahrein y reprimió a sus chiíes nativos homenajeando en cambio lo que se ha intentado hacer pasar como un movimiento a favor de la democracia en el Norte de África.

De todos modos, es la hora de la fiesta. Ya verán cómo el grupo saudí Bin Laden reconstruye como loco toda Libia, convirtiendo finalmente el saqueado Bab al-Aziziyah en el monstruoso centro comercial de Tripolitania.

Pepe Escobar es autor de “Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War” (Nimble Books, 2007) y “Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge”. Su último libro es “Obama does Globalistan” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MH25Ak02.html

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ENGLISH VERSION:

DISASTER CAPITALISM SWOOPS OVER LIBYA
By Pepe Escobar
He may be reached at pepeasia@yahoo.com


Think of the new Libya as the latest spectacular chapter in the Disaster Capitalism series. Instead of weapons of mass destruction, we had R2P ("responsibility to protect"). Instead of neo-conservatives, we had humanitarian imperialists.


But the target is the same: regime change. And the project is the same: to completely dismantle and privatize a nation that was not integrated into turbo-capitalism; to open another (profitable) land of opportunity for turbocharged neo-liberalism. The whole thing is especially handy because it is smack in the middle of a nearly global recession.


It will take some time; Libyan oil won't totally return to the market within 18 months. But there's the reconstruction of everything the North Atlantic Treaty Organization (NATO) bombed (well, not much of what the Pentagon bombed in 2003 was reconstructed in Iraq ...)


Anyway - from oil to rebuilding - in thesis juicy business opportunities loom. France's neo-Napoleonic Nicolas Sarkozy and Britain's David of Arabia Cameron believe they will be especially well positioned to profit from NATO's victory. Yet there's no guarantee the new Libyan bonanza will be enough to lift both former colonial powers (neo-colonials?) out of recession.


President Sarkozy in particular will milk the business opportunities for French companies for all they're worth - part of his ambitious agenda of "strategic redeployment" of France in the Arab world. A compliant French media are gloating that this was "his" war - spinning that he decided to arm the rebels on the ground with French weaponry, in close cooperation with Qatar, including a key rebel commando unit that went by sea from Misrata to Tripoli last Saturday, at the start of "Operation Siren".


Well, he certainly saw the opening when Muammar Gaddafi's chief of protocol defected to Paris in October 2010. That's when the whole regime change drama started to be incubated.


BOMBS FOR OIL

As previously noted (see Welcome to Libya's 'democracy', Asia Times Online, August 24) the vultures are already circling Tripoli to grab (and monopolize) the spoils. And yes - most of the action has to do with oil deals, as in this stark assertion by Abdeljalil Mayouf, information manager at the "rebel" Arabian Gulf Oil Company; "We don't have a problem with Western countries like the Italians, French and UK companies. But we may have some political issues with Russia, China and Brazil."


These three happen to be crucial members of the BRICS group of emerging economies (Brazil, Russia, India, China and South Africa), which are actually growing while the Atlanticist, NATO-bombing economies are either stuck in stagnation or recession. The top four BRICs also happen to have abstained from approving UN Security Council resolution 1973, the no-fly zone scam that metamorphosed into NATO bringing regime change from above. They saw right through it from the beginning.


To make matters worse (for them), only three days before the Pentagon's Africom launched its first 150-plus Tomahawks over Libya, Colonel Gaddafi gave an interview to German TV stressing that if the country were attacked, all energy contracts would be transferred to Russian, Indian and Chinese companies.


So the winners in the oil bonanza are already designated: NATO members plus Arab monarchies. Among the companies involved, British Petroleum (BP), France's Total and the Qatar national oil company. For Qatar - which dispatched jet fighters and recruiters to the front lines, trained "rebels" in exhaustive combat techniques, and is already managing oil sales in eastern Libya - the war will reveal itself to be a very wise investment decision.


Prior to the months-long crisis that is in its end game now with the rebels in the capital, Tripoli, Libya was producing 1.6 million barrels per day. Once resumed, this could reap Tripoli's new rulers some US$50 billion annually. Most estimates place oil reserves at 46.4 billion barrels.


The "rebels" of new Libya better not mess with China. Five months ago, China's official policy was already to call for a ceasefire; if that had happened, Gaddafi would still control more than half of Libya. Yet Beijing - never a fan of violent regime change - for the moment is exercising extreme restraint.


Wen Zhongliang, the deputy head of the Ministry of Trade, willfully observed, "Libya will continue to protect the interests and rights of Chinese investors and we hope to continue investment and economic cooperation." Official statements are piling up emphasizing "mutual economic cooperation".


Last week, Abdel Hafiz Ghoga, vice president of the dodgy Transitional National Council (TNC), told Xinhua that all deals and contracts agreed with the Gaddafi regime would be honored - but Beijing is taking no chances.


Libya supplied no more than 3% of China's oil imports in 2010. Angola is a much more crucial supplier. But China is still Libya's top oil customer in Asia. Moreover, China could be very helpful in the infrastructure rebuilding front, or in the technology export - no less than 75 Chinese companies with 36,000 employees were already on the ground before the outbreak of the tribal/civil war, swiftly evacuated in less than three days.


The Russians - from Gazprom to Tafnet - had billions of dollars invested in Libyan projects; Brazilian oil giant Petrobras and the construction company Odebrecht also had intrests there. It's still unclear what will happen to them. The director general of the Russia-Libya Business Council, Aram Shegunts, is extremely worried: "Our companies will lose everything because NATO will prevent them from doing business in Libya."


Italy seems to have passed the "rebel" version of "you're either with us or without us". Energy giant ENI apparently won't be affected, as Premier Silvio "Bunga Bunga" Berlusconi pragmatically dumped his previous very close pal Gaddafi at the start of the Africom/NATO bombing spree.


ENI's directors are confident Libya's oil and gas flows to southern Italy will resume before winter. And the Libyan ambassador in Italy, Hafed Gaddur, reassured Rome that all Gaddafi-era contracts will be honored. Just in case, Berlusconi will meet the TNC's prime minister, Mahmoud Jibril, this Thursday in Milan.


BIN LADEN TO THE RESCUE

Turkey's Foreign Minister Ahmet Davutoglu - of the famed "zero problems with our neighbors" policy - has also been gushing praise on the former "rebels" turned powers-that-be. Eyeing the post-Gaddafi business bonanza as well, Ankara - as NATO's eastern flank - ended up helping to impose a naval blockade on the Gaddafi regime, carefully cultivated the TNC, and in July formally recognized it as the government of Libya. Business "rewards" loom.


Then there's the crucial plot; how the House of Saud is going to profit from having been instrumental in setting up a friendly regime in Libya, possibly peppered with Salafi notables; one of the key reasons for the Saudi onslaught - which included a fabricated vote at the Arab League - was the extreme bad blood between Gaddafi and King Abdullah since the run-up towards the war on Iraq in 2002.


It's never enough to stress the cosmic hypocrisy of an ultra-regressive absolute monarchy/medieval theocracy - which invaded Bahrain and repressed its native Shi'ites - saluting what could be construed as a pro-democracy movement in Northern Africa.
Anyway, it's time to party. Expect the Saudi Bin Laden Group to reconstruct like mad all over Libya - eventually turning the (looted) Bab al-Aziziyah into a monster, luxury Mall of Tripolitania.


Pepe Escobar is the author of Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) and Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. His new book, just out, is Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009).

He may be reached at pepeasia@yahoo.com.

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