SOBRE EL COMUN ORIGEN DE LAS PLAGAS IDEOLOGICAS
DE HOY
WHAT A PIECE OF WORK
IS A MAN?
Hugo Adan, Enero 17, 2013.
Qué obra maestra es el hombre. Qué noble en la
razón, dijo Hamlet.
El Dios que
ordeno 1ro el holocausto y esclavitud de judíos en Egipto, luego envió a
Moises, el mago y milagrero, para suplicar la liberación de aquellos, indicando que era ese un pedido de Dios, el
todo-poderoso creador del cielo y de la tierra. Cuando el Faraon le pidió que
muestre el poder de tal Dios, Moises
devino mago y este quiso transformar un bastón
en serpiente y las aguas de un rio en sangre. Como el cuento no le funcionó y el Faraon rió de semejante disparate,
Moises devino milagrero y decreto múltiples
plagas a esa nación (ranas en las sabanas, piojos en el pelo, moscas en el
plato, muerte súbita del ganado, ulceras en todo el cuerpo de campesinos y
animales, granizo y fuego sobre la tierra egipcia y encima langostas para que
acaben con las cosechas).
Ninguna de
esas amenazas ocurrió y el Faraon miró a
Moises como lo que era, un desquiciado mental. Para algo sirvió este
cuento, para mostrar lo inverso a la
nobleza y la piedad, tanto en Moises y su Dios quienes ordenaron
la muerte de toda criatura primogénita nacida en tierras del Faraon,
sean seres humanos o animales.
Afortunadamente
nada de eso sucedió en la historia de
Egipto y si alguna plaga hubo, no fue por decreto de seres extra-terrestres.
Solo quedo probado que en quienes
inventaron el Exodo del “libro sagrado” no hubo ni nobleza ni piedad magnánima, no en el haceedor y su
pelele, en esos que decretaron la muerte
de inocentes niños y criaturas primogénitas de Egipto.
Que infinito es el hombre en imaginación y en
creatividad .. sugirió Hamlet.
Eso es muy
cierto, el hombre y su ciencia siguen aun creando, aunque sus acciones no sean las de un ángel, como lo dijo Shakespeare, el creador de Hamlet. Ni su entendimiento esté aun acabado. Solo los dioses qué el
hombre invento, cuando nadie creía en él y este necesitaba darle poder a su razón,
eso sí se agotó.
La razón de
ahora se funda en la ciencia y la tecnología que aquel entonces estaban en
pañales. Ya no se necesitan las historietas medievales, de la noche negra de la
historia y su santa inquisición y sus torturas, de los tiempos en que los dioses y hombres se
inventaron a imagen y semejante mutua.
Los
fundamentalistas cristianos, musulmanes y judíos, que por igual comparten el
antiguo testamento de la biblia, pueden alegar que científicos en biología, en
química o alguna ingeniería son los más asiduos devotos de sus templos. Eso no
prueba que la contribución de ellos a la ciencia se base en hipótesis sugeridas
por revelación divina alguna. El por qué se golpean el pecho, se sacuden la
cabeza o se doblan en tres tiene explicación diferente y más ligada a los grilletes
mentales de la cual son prisioneros y a los infortunios de su vida interna o
familiar que al duro trabajo en el laboratorio o ciencia en que laboran.
En los
fundamentos de ciencia vs. religión no
hay puntos de convergencia. Aquí opera
el zero-sum game, el avance de uno se hace expensas de otro, como en ajedrez.
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NOTA de Hugo Adan.
Esta reflexión
fue derivada de la lectura del libro de
Donald Wright "A Short History of Progress", un libro excelente pero
de pésima edición en el 2004. Al parecer no estuvo de turno la "skilful" editor que
menciona el autor (léase por ejemplo el 2do parágrafo de la página
9 en este libro, el uso de "head" instead of "herd" en el
documento original). Me resigné a la edición 2004 de este excelente libro, y
espero que en ediciones posteriores hayan eliminado errores involuntarios,
quiza distorsiones "creacionistas" de un libro que todos debiéramos leer.
Entonces podríamos decir “What a
piece of work is A SHORT HISTORY OF
PROGRESS”.
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