martes, 3 de mayo de 2011

DECIR QUE ALGUIEN MATO UNA RATA NO HACE NOBLE NI DECENTE A NADIE

DECIR QUE ALGUIEN MATO UNA RATA NO HACE NOBLE NI DECENTE A NADIE

A MI VER EL ANUNCIO DE OBAMA SOBRE BIN LADEN ES PARTE DE UN LIO DE RATAS. ME REFIERO AL USO DEL PODER FEDERAL PARA OBJETIVOS ELECTORALES. ESO ES ILEGAL e INMORAL. ES LO QUE HACE LA CUPULA PARTIDARIA de DEMOCRATAS Y REPUBLICANOS CON EL SHOW BIN LADEN. EL EFECTO TACTICO ES EVIDENTE PERO CATASTROFICO EN TERMINOS ESTRATEGICOS PARA EL PORVENIR DE LA DEMOCRACIA EN AMERICA. SUBORDINAR LA DEMOCRACIA AL QUEHACER MILITAR ES SUMAMENTE PELIGROSO. ESE ES UNO DE LOS CAMINOS QUE CONDUCEN AL FASCISMO.

BENAZIR BUTTOS INDICO EN SU ULTIMO DISCURSO SER TESTIGO DE QUE BIN LADEN FUE ASESINADO EN UN HOSPITAL DE PAKISTAN EL 2007. ANTES SE DIJO QUE LO MATARON EL 2003. EL 2do ARTICULO DE ABAJO INDICA QUE SU MUERTE OCURRIO EL 2006. ESTA SERIA LA 3ra VEZ QUE MUERE. A QUE VIENE LA VALENTIA DE SU ASESINATO POR OBAMA? LA UNICA RESPUESTA ES QUE SE QUIERE SACAR PROVECHO ELECTORAL DE ESTE SHOW Y A LA VEZ ENTERRAR LAS PRUEBAS QUE ACUSAN A BUSH Y SUS NEONAZIS COMO AUTORES DEL TERRORISMO DE SEPT 11-2001 Y NO DE HACER JUSTICIA A LOS ASESINADOS EN TAL ACTO TERRORISTA. ELLOS y LOS NEOCONS SON LOS UNICOS BENEFICIARIOS DE ESTE TEATRO.

Atilio Boron, en su art de abajo, parte de una premisa errada (el cadaver que arrojaron a los tiburones fue Bin Laden. No hay evidencia alguna al respecto. Lo valido en A Boron es el analisis de contexto, eso es correcto y lo es mucho mas el juicio moral a la actitud criminal que se esconde detras del anuncio.
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Un Nobel sin escrúpulos

Atilio A. Boron, Rebelión MAY 3-11: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=127653


Un signo más de los muchos que ilustran la profunda crisis moral de la “civilización occidental y cristiana” que Estados Unidos dice representar lo ofrece la noticia del asesinato de Osama Bin Laden. Más allá del rechazo que nos provocaba el personaje y sus métodos de lucha, la naturaleza de la operación llevada a cabo por los Seals de la Armada de los Estados Unidos es un acto de incalificable barbarie perpetrado bajo las órdenes directas de un personaje que con sus conductas cotidianas deshonra el galardón que le otorgó el Parlamento noruego al consagrarlo como Premio Nobel de la Paz del año 2009. De acuerdo con lo establecido por Alfred Nobel en su testamento esta distinción, recordémoslo, debía ser adjudicada, “a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz.”

El energúmeno que anunció al pueblo estadounidense la muerte del líder de Al-Qaida diciendo que “se ha hecho justicia” es la antítesis perfecta de lo estipulado por Nobel. Un comando operativo es lo menos parecido al debido proceso, y arrojar los restos de su víctima al mar para ocultar las huellas de lo que se ha hecbo es propio de mafiosos o genocidas. Lo menos que debería hacer el Parlamento noruego es exigirle la devolución del premio.

En la truculenta operación escenificada en las afueras de Islamabad hay múltiples interrogantes que permanecen en las sombras, y la tendencia del gobierno de los Estados Unidos a desinformar a la opinión pública torna aún más sospechoso este operativo. Una Casa Blanca víctima de una enfermiza compulsión a mentir (recordar la historieta de las “armas de destrucción masiva” existentes en Irak, o el infame Informe Warren que sentenció que no hubo conspiración en el asesinato de Kennedy, obra del “lobo solitario” Lee Harvey Oswald ) nos obliga a tomar con pinzas cada una de sus afirmaciones.

Era Bin Laden o no? ¿Por qué no pensar que la víctima podría haber sido cualquier otro? ¿Dónde están las fotos, las pruebas de que el occiso era el buscado? Si se le practicó una prueba de ADN, ¿cómo se obtuvo, dónde están los resultados y quiénes fueron los testigos? ¿Por qué no se lo presentó ante la consideración pública, como se hizo, sin ir más lejos, con los restos del comandante Ernesto “Che” Guevara? Si, como se asegura, Osama se ocultaba en una mansión convertida en una verdadera fortaleza, ¿cómo es posible que en un combate que se extendió por espacio de cuarenta minutos los integrantes del comando estadounidense regresaran a su base sin recibir siquiera un rasguño? ¿Tan poca puntería tenían los defensores del fugitivo más buscado del mundo, de quien se decía que poseía un arsenal de mortíferas armas de última generación? ¿Quiénes estaban con él?

Según la Casa Blanca el comando dio muerte a Bin Laden, a su hijo, a otros dos hombres de su custodia y a una mujer que, aseguran, fue ultimada al ser utilizada como un escudo humano por uno de los terroristas. También se dijo que dos personas más habían resultado heridas en el combate. ¿Dónde están, qué se va a hacer con ellas? ¿Serán llevadas a juicio, se les tomarán declaraciones para arrojar luz sobre lo ocurrido, hablarán en una conferencia de prensa para narrar lo acontecido? Por lo que parece esta “hazaña” pasará a la historia como una operación mafiosa, al estilo de la matanza de San Valentín ordenada por Al Capone para liquidar a los capos de la banda rival.

Osama vivo era un peligro. Sabía (¿o sabe?) demasiado, y es razonable suponer que lo último que quería el gobierno estadounidense era llevarlo a juicio y dejarlo hablar. En tal caso se habría desatado un escándalo de enormes proporciones al revelar las conexiones con la CIA, los armamentos y el dinero suministrado por la Casa Blanca, las operaciones ilegales montadas por Washington, los oscuros negocios de su familia con el lobby petrolero estadounidense y, muy especialmente, con la familia Bush, entre otras nimiedades. En suma, un testigo al que había que acallar sí o sí, como Muammar Gadafi. El problema es que ya muerto Osama se convierte para los yihadistas islámicos en un mártir de la causa, y el deseo de venganza seguramente impulsará a las muchas células dormidas de Al-Qaida a perpetrar nuevas atrocidades para vengar la muerte de su líder.

Tampoco deja de llamar la atención lo oportuna que ha sido la muerte de Bin Laden.

Cuando el incendio de la reseca pradera del mundo árabe desestabiliza un área de crucial importancia para la estrategia de dominación imperial, la noticia del asesinato de Bin Laden reinstala a Al-Qaida en el centro del escenario.

Si hay algo que a estas alturas es una verdad incontrovertible es que esas revueltas no responden a ninguna motivación religiosa. Sus causas, sus sujetos y sus formas de lucha son eminentemente seculares y en ninguna de ellas -desde Túnez hasta Egipto, pasando por Libia, Bahrein, Yemen, Siria y Jordania- el protagonismo recayó sobre la Hermandad Musulmana o en Al-Qaida.

El problema es el capitalismo y los devastadores efectos de las políticas neoliberales y los regímenes despóticos que aquél instaló en esos países y no las herejías de los “infieles” de Occidente. Pero el imperialismo estadounidense y sus secuaces en Europa se desvivieron, desde el principio, para hacer aparecer estas revueltas como producto de la malicia del radicalismo islámico y Al-Qaida, cosa que no es cierta.

Santiago Alba Rico observó con razón que en pleno auge de estas protestas seculares -anti-políticas de ajuste del FMI y el Banco Mundial- un grupo fundamentalista desconocido hasta entonces asesinó al cooperante italiano Vittorio Arrigoni, activista del Movimiento de Solidaridad Internacional, en una casa abandonada en la Franja de Gaza. Pocas semanas después un terrorista suicida hace estallar una bomba en la plaza Yemaa el Fna, uno de los destinos turísticos más notables no sólo de Marruecos sino de toda África, y mata al menos a 14 personas. “Ahora –continúa Alba Rico- reaparece Bin Laden, no vivo y amenazador, sino en toda la gloria de un martirio aplazado, estudiado, cuidadosamente escenificado, un poco inverosímil.

‘Se ha hecho justicia’, dice Obama, pero la justicia reclama tribunales y jueces, procedimientos sumariales, una sentencia independiente.” Nada de eso ha ocurrido, ni ocurrirá.

Pero el fundamentalismo islámico, ausente como protagonista de las grandes movilizaciones del mundo árabe, aparece ahora en la primera plana de todos los diarios del mundo y su líder como un mártir del Islam asesinado a sangre fría por la soldadesca del líder de Occidente. La Casa Blanca, que sabía desde mediados de Febrero de este año que en esa fortaleza en las afueras de Islamabad se refugiaba Bin Laden, esperó el momento oportuno para lanzar su ataque con vistas a posicionar favorablemente a Barack Obama en la inminente campaña electoral por la sucesión presidencial.

Hay un detalle para nada anecdótico que torna aún más inmoral a la bravata estadounidense: pocas horas después de ser abatido, el cadáver del presunto Bin Laden fue arrojado al mar.

La mentirosa declaración de la Casa Blanca dice que sus restos recibieron sepultura respetando las tradiciones y los ritos islámicos, pero no es así. Los ritos fúnebres del Islam establecen que se debe lavar el cadáver, vestirlo con una mortaja, proceder a una ceremonia religiosa que incluye oraciones y honras fúnebres para luego recién proceder al entierro del difunto. Además se especifica que el cadáver debe ser depositado directamente en la tierra, recostado sobre su lado derecho y con la cara dirigida hacia La Meca. ¿Con qué celeridad tuvieron que ser hechos el combate, la recuperación del cadáver, su identificación, la obtención del ADN, el traslado a un navío de la Armada estadounidense, situado a poco más de 600 kilómetros del suburbio de Islamabad donde se produjo el enfrentamiento y finalmente navegar hasta el punto donde el cadáver fue arrojado al mar como para respetar los ritos fúnebres del islam?

En realidad, lo que se hizo fue abatir y “desaparecer” a una persona, presuntamente Bin Laden, siguiendo una práctica siniestra utilizada sobre todo por la dictadura genocida que asoló la Argentina entre 1976 y 1983. Acto inmoral que no sólo ofende a las creencias musulmanas sino a una milenaria tradición cultural de Occidente, anterior inclusive al cristianismo. Como lo atestigua magistralmente Sófocles en Antígona, privar a un difunto de su sepultura enciende las más enconadas pasiones. Esas que hoy deben estar incendiando las células del fundamentalismo islámico, deseosas de escarmentar a los infieles que ultrajaron el cuerpo y la memoria de su líder.

Barack Obama acaba de decir que después de la muerte de Osama Bin Laden el mundo es un lugar más seguro para vivir. Se equivoca de medio a medio. Probablemente su acción no hizo sino despertar a un monstruo que estaba dormido. El tiempo dirá si esto es así o no, pero sobran las razones para estar muy preocupados.

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Ele articulo de abajo esta mas acertado:

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LA SEGUNDA MUERTE DE OSAMA

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=127669

Un recordatorio de todos los anuncios de la muerte de Ben Laden
Enrico Piovesana, Peace Reporter. May 3-11

Prevalecía hasta ahora la idea de que Ben Laden hubiese muerto por sus condiciones precarias de salud en diciembre de 2001. Según otros, sobrevivió hasta 2006.
Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti

La precipitación con la que los EE.UU. se han deshecho del cuerpo de Osama ben Laden, arrojado al mar menos de doce horas después de su asesinato en Pakistán, sin posibilidad de una confirmación independiente de su identidad, alimenta inevitablemente dudas y sospechas sobre todo debido a que, según numerosas fuentes fidedignas, el jeque saudí había muerto en diciembre de 2001 (según otros, en agosto de 2006).

Ben Laden sufría de problemas renales graves. Según el diario francés Le Figaro en 2000 se había llevado a su palacio en Kandahar una máquina de diálisis, y en julio de 2001 su condición había empeorado tanto que hubo de requerir su hospitalización en el Hospital Americano en Dubai -donde pudieron visitarlo sus viejos amigos de la CIA. Según CBS News, fue ingresado de nuevo la víspera del 11 de septiembre en el hospital militar pakistaní en Rawalpindi.

Según declaraciones de un líder talibán, publicadas a finales de 2001 por el diario Pakistán Observer, después del ataque de EE.UU. contra Afganistán, las condiciones de Osama se volvieron críticas, ya que, obligado a huir, el líder de Al Qaeda ya no pudo recibir el tratamiento diario de diálisis hasta que murió a mediados de diciembre, mientras escapaba de Tora Bora.

Esta versión fue confirmada más tarde por el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, quien declaró en enero de 2002 a la CNN: ''Francamente, creo que está muerto porque él estaba muy enfermo de los riñones''.

El último video de Ben Laden, considerado auténtico por los expertos, es de 26 de diciembre 2001 y fue grabado semanas antes. En él, aparece el jeque en pésimo estado físico: muy pálido, muy delgado y con el brazo izquierdo (era zurdo) inmóvil.

Después de esa aparición, Osama vuelve a aparecer durante años. El vídeo en el que sale caminando en las montañas con Al Zawahiri (emitido en 2003) también se remonta probablemente a 2001 y las dos siguientes filmaciones (una de 2004 y otra de 2007) se consideraron falsas. Por lo demás, sólo hubo mensajes audio de dudosa fiabilidad.

En abril de 2002 Steve R. Pieczenik, antiguo vice de los Secretarios de Estado Henry Kissinger, Cyrus Vance y James Baker, un personaje que había trabajado con Ben Laden en Afganistán contra los soviéticos en los años 80, respondió al popular locutor de radio Alex Jones que Osama "llevaba meses muerto".

En julio de 2002, el jefe del FBI de la lucha antiterrorista, Dale Watson, declaró: ''Creo que Osama bin Laden ya no está con nosotros, aunque no tengo pruebas para decirlo''.

Unos meses más tarde, en octubre de 2002, le tocó el turno al presidente afgano, Hamid Karzai:''''Hace mucho que no tenemos noticia de él: es probable que esté muerto".

En esos mismos días, la muerte de Ben Laden de diciembre de 2001 también fue acreditada por las fuentes de inteligencia israelí.

Sin embargo, según los servicios secretos saudíes, Osama sobrevivió, al parecer, hasta el 23 de agosto de 2006: día en que el jeque del terror falleció presuntamente en Pakistán debido a una parálisis de los órganos internos causados por la fiebre tifoidea. La información, recogida por el servicio secreto francés, fue difundida en septiembre de 2006.

El ex agente de la CIA Robert Bear, autor del libro que inspiró la película Syriana, columnista de inteligencia para Time, Washington Post y Wall Street Journal, declaró sin titubeos en una entrevista a la National Public Radio estadounidense: "Por supuesto Ben Laden está muerto ".

''''No creo que él todavía esté vivo", dijo a NBC News en 2009 al presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari. ''Tengo esta fuerte sensación y razones para creerlo después de haber hablado con la inteligencia estadounidense''.

El cuerpo que en la mañana del lunes fue lanzado a toda prisa a los tiburones del Océano Índico desde la cubierta del portaaviones USS Carl Vinson bien pudiera ser el de bin Laden, pero nadie podrá verificar si había muerto horas o años antes.

Fuente: http://it.peacereporter.net/articolo/28269/La+seconda+morte+di+Osama

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Que pena: DEMOCRACY NOW se sumo al teatro.

En vez de propiciar un rethinking on sept 11 real authors, abre debate sobre “mas de lo mismo” en relacion a Afghanistan. Afghanistan es un tema geo-politico que visto en perspectiva solo conduce a las posibilidades de la 3ra guerra mundial y la hecatombe nuclear. Eso solo puede ser combatido desde la perspectiva pacifista: war crimes & crimes against humanity now. The issue "War on terror" si es un tema real pero requiere ser replanteado. Si sept 11 fue o no un inside job y si se debe reabrir invetigacion al respecto es la premisa del debate y la esencia del mismo es la forma como se violo la constitucion americana con los Patriot Acts que hasta ahora sigue cobrando vidas inocentes. Los que diseniaron ese ataque constitucional debieran se procesados. Este seria es objetivo del debate. Lo otro, hacernos creer que la guerra en Afghanistan se hizo para matar a Bin Laden es -por decir lo menos- estupido. Bin Laden fue un pretexto, un cuento diseniado para bobos. Y ya es tiempo de mandar abajo ese mito. Hasta que punto se contribuye con este objetivo en el art que viene? Lealo Ud:“10 Years Too Long: Rep. Barbara Lee Renews Calls for End to Afghan War After Killing of Osama bin Laden

http://www.democracynow.org/2011/5/3/10_years_too_long_rep_barbara

• AMY GOODMAN: We turn now to our ongoing coverage of the death of Osama bin Laden and the future of the so-called "war on terror." On Monday, the Obama administration released new details of the operation that killed bin Laden at a compound in Pakistan. The White House says bin Laden was shot in the head and chest but that he himself did not return fire. Four others were killed in the raid: three men and one woman. One of bin Laden’s wives was wounded. U.S. officials told the Reuters news agency that while bin Laden would have been taken alive had he surrendered, the Special Forces that carried out the mission were instructed they were on a, quote, "kill operation."

• The raid has further strained ties between the U.S. and Pakistan. Both Democratic and Republican lawmakers are calling for a review of billions in aid to Pakistan in light of the revelation bin Laden was living inside a heavily fortified compound in a wealthy Pakistani suburb. Former Pakistani President Pervez Musharraf criticized the U.S. for attacking the compound without Pakistan’s knowledge, calling it a violation of Pakistani sovereignty.

• Republicans meanwhile have begun to seize on the news intelligence for the raid was partially gathered at U.S. secret prisons in Eastern Europe. In a sarcastic post referring to Obama’s ban on Bush-era torture methods, Congressmember Steve King of Iowa tweeted, quote, "Wonder what President Obama thinks of water boarding now?"

• Here in New York, celebrations continued Monday with crowds of people gathering at Gound Zero, the site of the 9/11 attacks on the World Trade Center. At the White House, President Obama said bin Laden’s killing had united the nation.

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