EUROPA EL VIEJO CONTINENTE DESPLIEGA LAS ALAS
Raúl Zibechi
ALAI
AMLATINA, 28/09/2012.- Luego de casi tres años de desestabilizadora crisis
económica, que puso a la Unión Europea contra las cuerdas, se empiezan a dar
los primeros pasos para profundizar la unidad, crear mecanismos de
gobernabilidad y se comienza a debatir la posibilidad de crear un ejército
europeo. Hasta el momento todos ellos eran temas tabú.
“Vuestro
papel es hacer realidad el sueño europeo. Viva la amistad franco-alemana”, dijo
François Hollande en alemán. “Viva la juventud franco-alemana. Viva la juventud
europea”, exclamó Angela Merkel en francés. Al expresarse cada uno en el idioma
del otro, los dos
dirigentes
buscaban reafirmar la vocación europeísta que los anima en el mismo escenario
donde Charles de Gaulle se dirigió a miles de jóvenes alemanes el 9 de
setiembre de 1952, la pequeña ciudad de alemana de Ludwigsburg.
Era la
primera visita de un presidente francés a la Alemania recién derrotada en la II
Guerra Mundial, y su discurso en alemán entusiasmó a los jóvenes. Justo 60 años
después, los principales dirigentes de los dos más importantes países de Europa
continental quisieron mostrar que los sigue inspirando idéntica voluntad de
caminar juntos, dejando de lado diferencias y rencores, para seguir edificando
una poderosa Unión Europea.
UNA NUEVA
EUROPA
El diario
británico The Guardian difundió el 18 de setiembre los contenidos de un
documento de 12 páginas elaborado por los ministros de Relaciones Exteriores de
la Unión Europea, a instancia del canciller alemán Guido Westerwelle, que sintetiza “nueve
meses de lluvia de ideas sobre el futuro de Europa”.
Cinco de los
seis principales países de la Unión, con la excepción de Gran Bretaña, piden una “revisión radical de
las políticas europeas de relaciones exteriores y defensa para crear un nuevo y
poderoso ministerio paneuropeo y la votación por mayoría de la política
exterior común para eludir el veto británico, crear un posible ejército europeo
y un mercado único de industrias de defensa”.
Según la
información, el impulso fue alemán aunque el contenido parece neo-gaullista, y
contempla la posibilidad de elegir presidente europeo por voto directo. Los
patrocinadores de esta nueva orientación, que en los hechos apuesta a una
profundización de la unidad europea, son
Alemania,
Francia, Italia, España y Polonia, dejando de lado a Gran Bretaña lo que, según
The Guardian, “aumentará la presión para su salida de la Unión Europea”.
La decisión
de crear un nuevo y poderoso ministerio común europeo busca destrabar las
largas y tediosas negociaciones que implica llegar al consenso entre 27 o 28
países. Como señaló el analista europeo del diario londinense, Ian Traynor, se
trata de “un camino para salir de la
crisis a
través de una mayor integración” que en los hechos deja a Londres “mirando el
proceso político europeo desde el banquillo”.
Pero la
profundización de la Unión no quedará focalizada en las relaciones
internacionales. Dos temas ocupan estos días a los presidentes de Francia y
Alemania: la creación de un organismo de
supervisión
bancaria común y los planes de fusión anunciados días atrás por las dos mayores
empresas de defensa europeas, la EADS y la británica BAE Systems.
La fusión
entre ambas crearía un gigante aeroespacial mayor que la estadounidense Boeing,
ya que alcanzaría los 220 mil empleados y facturaría 73.000 millones de dólares
anuales. La firma británica se ha visto afectada por la reducción del
presupuesto de Defensa de su principal cliente, los Estados Unidos, lo que
enseña las grietas que se abr en la alianza transatlántica en momentos de
crisis económica y viraje geopolítico.
Según los
analistas del Laboratorio Europeo de Anticipación Política (LEAP), la
sobrevivencia de BAE Systems estaría amenazada porque su facturación depende en
un 20 por ciento del mercado estadounidense que en plena crisis de empleo se
vuelca en las empresas locales, y por el
recorte del
gasto militar británico por el enorme endeudamiento del país. El hecho de que
la principal empresa británica de defensa deba recostarse en Europa, anticipa
los giros en las alianzas globales (LEAP, 16 de setiembre de 2012).
ADIÓS AL AMIGO
Las
elecciones francesas fueron un punto de inflexión que abrió las puertas a la
introducción de cambios de largo aliento en el continente. De hecho, desde el
triunfo socialista, que muchos interpretan como el retorno del miterrandismo,
se vive un clima distinto en Europa. “Eurolandia salió finalmente de su letargo
político y del corto-placismo a partir de la elección de François Hollande”,
escribió el LEAP en su boletín mensual de junio, “lo cual desmiente todos los
pronósticos de los medios de comunicación anglosajones y de los euroescépticos.
A partir de ahora, Eurolandia (en realidad la Unión Europea menos el Reino Unido)
podrá avanzar sin reparar en obstáculos y dotarse del verdadero proyecto de
integración política, de eficacia económica y de democratización durante el
período 2012-2016”.
Tres años de
crisis y la amenaza, inminente por momentos, de implosión del euro,
convencieron a las elites del continente de una doble necesidad: dotarse de
mecanismos de gobernabilidad y tomar distancia del eje Washington-Londres que
había configurado el núcleo del poder global
junto a los
aliados europeos. Si la gobernabilidad parece imprescindible para superar la
crisis, tomar distancia de Estados Unidos es un tipo de decisión que no puede
pronunciarse en voz alta, pero que se deduce del camino adoptado en los últimos
meses.
Apenas un
síntoma del nuevo clima fue el reciente discurso del canciller polaco Radek
Sikorsk, en la conferencia Global Horizons en el palacio de Blenheim, cerca de
Oxford el viernes 21 de septiembre. Aunque Polonia es aliada de Gran Bretaña y
Estados Unidos, Sikorsk pidió a los primeros que abandonen su
“euroescepticismo” y se involucren en la construcción europea. Fue más lejos al
pedir al gobierno inglés que no socave la Unión Europea y que si se niega a
colaborar “no espere que los ayudemos a arruinar o paralizar la Unión” (EU
Observer, 24 de setiembre de 2012).
Se trata, en
efecto, de una nueva conciencia europea, lo que algunos denominan como un
“segundo renacimiento” luego del nacimiento la posguerra. Ni los dirigentes ni
buena parte de la población olvidan que fue una decisión de los principales
banqueros de la City y de Wall
Street la
que lanzó el ataque especulativo contra el euro como forma de salvar la
hegemonía del dólar.
“El ataque
violento que sufrió la Eurozona por parte de los que eran considerados sus
aliados estratégicos, el Reino Unido y Estados Unidos, modificó radicalmente la
percepción de los intereses vitales de Eurolandia, tanto para sus élites como
para sus ciudadanos”, escribía el
LEAP en
febrero. “Los años 2010 y 2011 mostraron a los eurolandeses que sus aliados se
encontraban, al menos, tanto en Moscú, Pekín, Nueva Delhi o Brasilia, como en
Londres y Washington, al igual que el futuro de su desarrollo económico,
tecnológico y comercial” (LEAP, 17 de febrero de 2012).).
Ahora el
principal aliado de Washington corre el riesgo de quedar aislado, como afirmó
el canciller polaco. Peor: según la calificadora Morgan Stanley asegura que
para 2013 la deuda británica será superior a la de Grecia, que la isla enfrenta
una dura recesión y una probable
rebaja de su
actual calificación (CNBC, 25 de setiembre de 2012).
Si nos
atenemos a los análisis de los centros estratégicos europeos, que han venido
anticipando con rigor los sucesos mundiales, en los próximos meses asistiremos
a un rebrote de la crisis a niveles aún más destructivos que los de setiembre
de 2008. En el horizonte aparecen algunos datos a tener en cuenta: la
fragmentación del mercado financiero global en tres grandes zonas monetarias
relativamente inconexas: dólar, euro y yuan (LEAP, 17 de noviembre de 2011).
La segunda
es la profundización de lo comentado arriba, o sea la pérdida de influencia de
Estados Unidos en Europa. El LEAP incluso anticipa que para 2017 ya no habrá
más soldados estadounidenses en suelo continental. La tercera es la alianza
Unión Europea-BRICS como horizonte de colaboración a mediano plazo.
Franck
Biancheri, quien trabajó junto a François Miterrando en la década de 1980,
sostiene que la cooperación entre Europa y los BRICS se encuentra en un “estado
avanzado” en ámbitos como ciencia, tecnología y economía, “pero falta todavía
un claro referente político-diplomático”
capaz de
impactar en el mundo. En su opinión, los nuevos rumbos que está tomando la
Unión Europea le permitirán abordar junto a los BRICS y la mayor parte de los
países del G-20 algunas cuestiones claves para superar la crisis en curso como
“un examen del papel del dólar y el control riguroso de las grandes
instituciones financieras privadas” (MAP 6, mayo 2012).
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- Raúl
Zibechi, periodista uruguayo, es docente e investigador en la
Multiversidad
Franciscana de América Latina, y asesor de varios
colectivos
sociales.
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