NACE LA CELACEmilio Meynet. Diciembre 2, 2011
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Se reunieron representantes para gestarla 33 países de América, excluído Estados Unidos y Canadá. Los números que expresan esta unión echan por tierra a cualquier fantasma en crisis, nostálgico por la grandeza que se va.
Representantes de los 33 países participantes de la cumbre que dará nacimiento a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se reunieron este lunes 28 de noviembre para afinar los detalles del lanzamiento efectivo evento del 2 y 3 de diciembre en Caracas.
Esta cumbre es la segunda realizada de su tipo. Reúne a los mandatarios de la región latinoamericana y caribeña sin la presencia de Estados Unidos y Canadá, ni países de Europa.
El nacimiento de la CELAC coincide con la búsqueda de una institucionalidad regional que agrupe a los Estados de la Cumbre de América Latina y el Caribe con el Grupo de Río en un solo bloque político que sea su portavoz. A la vez, se propone como alternativa válida y sin dominios omnipotentes como los que hace tiempo empañaron a la Organización de Estados Americanos (OEA).
Hugo Chávez, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, dedicó unas palabras al acontecimiento enfatizando que ahora América Latina ya no está de espaldas al Caribe oriental y añadió: "En Caracas va a nacer un nuevo organismo, la CELAC. Es un paso, y seguiremos avanzando. Haremos esa cumbre para que América Latina y el Caribe se consolide como una zona de paz, de democracia”.
En conjunto, los países agrupados reúnen a 550 millones de personas y una superficie territorial de 20 millones de kilómetros cuadrados.
Además, para incorporar variables acerca de la magnitud del territorio sobre el cual actuará el organismo, vale agregar que los miembros representan 6,3 billones de dólares en su Producto Interno Bruto (PIB), lo que la convertiría en la tercera potencia mundial económica, la principal reserva petrolera (aproximadamente 338 mil millones de barriles de petróleo), la tercera productora de energía eléctrica y la principal economía productora de alimentos, siendo las cuatro principales economías al interiot de la CELAC las de Brasil, México, Argentina y Venezuela.
Y no es casualidad que este acontecimiento que tendrá su lugar garantizado en los libros de historia (al menos en aquellos escritos por plumas defensoras de la soberanía continental), se concrete en tiempos donde también se comienza a materializar el Banco del Sur y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) empieza a avanzar en la conformación de una ingeniería financiera más amplia.
El primero solo debe esperar por la aprobación del congreso uruguayo del documento constitutivo de la entidad, que según el presidente Mujica, se llevará a cabo antes de finalizar el 2011. Una vez finalizada la aprobación podrá iniciar su ciclo operativo. La iniciativa contempla la integración de un capital total de 20.000 millones de dólares.
Asimismo, se adelantaron propuestas concretas con el fin de fomentar el comercio intrarregional que incorporan valor agregado y consecuentemente empleo y bienestar para los pueblos de la región. Se adelantaron 31 proyectos que demandarían una inversión de 16.000 millones de dólares.
Muchos alertan desde ya que la CELAC es y será un objetivo militar de los Estados Unidos, considerando que Obama (en vísperas de su intento de reelección), no querrá ser apuntado como el Presidente que dejó perder lo que durante medio siglo fue su patio trasero.
Y así como esta última década fue exitosa en cuanto a los avances logrados en materia económica, comercial, social y político-estratégica; también se puede desenrollar un pergamino de intentos de golpe de mando por parte de Estados Unidos a los países del sur.
Más allá de que la potencia del norte se encuentre en un momento de conflictos y disputas internas provocadas por una crisis del sistema financiero y profundizada a partir de 2008, y guerras militares en zonas periféricas (pero de suma importancia para su economía); no quieren ceder en Latinoamérica, donde las naciones están sacando provecho de su oportunidad histórica.
En primer lugar, luego de 58 años (es decir, luego del otro gran momento histórico de enfrentamiento mundial 1939-50) en el año 2008 se volvió a desplegar la Cuarta Flota de la Marina de los EEUU para patrullar los países de América Latina, especialmente el Atlántico Sur con base de apoyo en el Pacífico Sur.
En segundo lugar, en el golpe en Honduras quedó visibilizada la relación de la irrupción de facto con “la decisión del gobierno de Manuel Zelaya de elevar los salarios, incorporar a las mujeres al seguro social obligatorio, combatir a los monopolios petroleros y la voluntad de importar medicamentos genéricos desde Cuba”, fueron cosechando poderosos enemigos en su contra.
Sin embargo, la paciencia de los golpistas se vio definitivamente colmada con la propuesta de reforma de la ley minera” que afectaba fuertemente los intereses de las empresas Goldcorp y Yamana Gold y con la propuesta del cierre de la Base Estadounidense de Palmerola.
Honduras es el punto más débil en Centroamérica y el Caribe en el desarrollo del proyecto estratégico popular y latinoamericano. Además, constituye una importante plataforma desde donde atacar al núcleo fuerte centroamericano que es Nicaragua.
El golpe fue propiciado por el Ministerio de Defensa de EEUU comandado por el republicano y referente del Pentágono, Robert Gates. También intervino la cúpula de la Iglesia Católica Hondureña
En tercer lugar, la intensión de instalar siete bases militares en Colombia, fortaleciendo la principal plataforma del Pentágono en Suramérica para intervenir y quebrar la posibilidad de desarrollo de un bloque de poder suramericano autónomo.
En cuarto lugar, así como ocurrió en Honduras, hay un creciente “involucramiento” de la cúpula de la Iglesia Católica de Latinoamérica en los “nuevos procesos” golpistas, de “desestabilización” institucional y/o desgaste a todos los gobiernos regionales que, más allá de sus contradicciones, debilidades y situaciones particulares, expresen en alguna medida (o en toda) los intereses nacionales, populares y latinoamericanos.
Esto profundiza la crisis al interior de la Iglesia Católica latinoamericana, puesta de manifiesto en el enfrentamiento entre los distintos sectores y en el desarrollo del cristianismo de base o popular. En la Argentina quedó plasmado con la expulsión de miembros de la Iglesia por sus posicionamientos sobre la ley de matrimonio igualitario.
Estas maniobras forman parte de una estrategia global y conjunta sobre el continente
Cierto clima de “enrarecimiento” político-regional se profundiza con la creación de la CELAC en, como alguna vez la nombrara el revolucionario cubano José Martí, Nuestra América: La nación multicultural que resurge y se manifiesta como identidad del proyecto estratégico de los pueblos, en medio de la crisis internacional que indica la profunda lucha que existe por establecer el Nuevo Orden Global.
El nacimiento de esta comunidad, tiene razones para darles dolor de cabeza a las potencias en crisis: Constituye una de las principales reservas Hidrocarburíferas del mundo, la principal región de producción de alimentos del mundo, una de las principales reservas de biodiversidad del mundo y una de las principales reservas de agua dulce del mundo.
El PBI conjunto de Suramérica es superior al de Alemania, la tercera economía mundial. La superficie es apenas superior a la de Rusia, el país con mayor superficie mundial y la población suramericana es mayor a la de EEUU, que es el país con la tercera población más grande a nivel mundial.
El eje Buenos Aires-Caracas-Brasilia (Argentina, Venezuela y Brasil) acumula el 70,45 por ciento de superficie; el 68,28 por ciento de población y el 72,15 por ciento del PBI.
¡Bienvenida CELAC! a la vida de América Latina. En días nadas más iniciará sus primeros pasos en busca de consolidar cada vez más este futuro polo de poder mundial, que busca erguirse definitivamente en la historia. La CELAC es la afirmación de la expresión de todo un pueblo.
APAS | Agencia Periodística de América del Sur | www.prensamercosur.com.ar/apm/
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
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EN CARACAS HOY NACE LA CELAC:
¿El futuro sustituto de la OEA?
Ernesto Carmona
ALAI AMLATINA, 02/12/2011.- Jefes de Estado y cancilleres de 33 países
de América Latina y el Caribe muestran hoy y mañana en Caracas su
voluntad política de constituir la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y Caribeños (Celac), el nuevo foro de integración continental que
excluye a EEUU y Canadá. Con el andar del tiempo, la Celac terminará –en
los hechos prácticos– por anular a la anacrónica Organización de Estados
Americanos (OEA), básicamente concebida en su tiempo como instrumento
para el manejo de un "patio trasero" que vivió un siglo 20 azotado por
dictaduras impuestas y apoyadas por el socio principal.
La Celac será una representación política más genuina de los pueblos de
América Latina y el Caribe que hablan diferentes lenguas, poseen
variadas culturas, como países tienen distintos tamaños y con diversos
matices socio-económicos y políticos abordan una lucha común permanente
por mejorar sus condiciones de vida. La diversidad tras objetivos
políticos comunes le dará un nuevo sentido independiente a la palabra
“integración”, diferente a los designios rapaces de naciones grandes que
sólo buscan mercados y materias primas baratas a través de sus
transnacionales. También quedan fuera de juego las ex metrópolis
ibéricas, España y Portugal, sumergidas hoy en sus propias dificultades.
Breve historia
La Celac remontó un largo camino propio, desde que en los ’80 se
constituyó el Grupo de Contadora (Colombia, México, Panamá y Venezuela)
para promover la paz centroamericana ante los conflictos armados
internos en El Salvador, Nicaragua y Guatemala. En los '90 devino en el
Grupo de Río, que continuó la labor de Contadora con más países
involucrados, como Argentina, Brasil, Colombia, México, Panamá, Perú,
Uruguay y Venezuela, que incorporaron de a poco a naciones de la
Comunidad del Caribe (Caricom), en una trayectoria de 22 cumbres que
abordaron situaciones clave de la región.
El paso siguiente fue la Cumbre sobre Integración y Desarrollo de
América Latina y el Caribe (CALC), impulsada desde el Grupo de Río por
el entonces presidente brasilero Luiz Inacio Lula Da Silva, para
articular procesos propios de integración y desarrollo frente a los
desafíos de la crisis financiera de los países desarrollados, la crisis
económica y la crisis alimentaria. El primer encuentro cumbre de la CALC
en Brasil, en 2008, incluyó representaciones del Mercosur, la Unión de
Naciones Suramericanas (Unasur) y el Grupo de Río.
La Celac estará formada por Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas,
Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba,
Dominica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Granada, Guyana, Haití,
Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Panamá, República
Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Las Granadinas, Santa
Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.
Diversidad ideológica
Lo esencial es que Caracas cobija un encuentro de mandatarios
ideológicamente tan disímiles como el chileno Sebastián Piñera, el
venezolano Hugo Chávez, el colombiano Manuel Santos, el ecuatoriano
Rafael Correa, el mexicano Felipe Calderón, el peruano Ollanta Humala,
el nicaragüense Daniel Ortega, la argentina Cristina Fernández y muchos
otros surgidos de elecciones impecablemente libres.
Los coordinadores de los 33 países fundadores prepararon del 28 de
noviembre al 1 de noviembre los documentos que serán adoptados en la
Cumbre del viernes y sábado: la Declaración de Caracas, que proclama el
nacimiento de la organización, el Plan de Caracas, que fija los
lineamientos a seguir para que la Comunidad cumpla sus objetivos, el
estatuto de funcionamiento y procedimientos y 18 comunicados que
incluyen aspectos educativos, ambientales y de desarrollo social. La
opinión mayoritaria se inclinó por darle a la Celac el carácter de foro
de integración, sin burocracia funcionaria y complementaria de instancia
como Unasur y la propia OEA.
El borrador de los Cancilleres establece que los órganos de la Celac
serán la Cumbre de Jefes de Estado, la reunión de Cancilleres, la
Presidencia pro tempore, la reunión de coordinadores nacionales, las
reuniones especializadas y la tríada integrada por el Estado que ostenta
la Presidencia, el precedente y el sucesor. La reunión de Jefes de
Estado será la instancia suprema de la Comunidad y deben reunirse
ordinariamente en el país que ostente la Presidencia.
Los Cancilleres resolvieron por unanimidad que Cuba sea sede de la
Cumbre 2013 y Costa Rica en 2014. Al acordarse en México el embrión de
la Celac en 2010, se decidió que la siguiente Cumbre 2012 fuera en
Chile. La designación de Cuba para 2013 fue un acto de justicia sin
reparos con un país excluido de la OEA entre 1962 y 2009. Entre otros,
el peruano Rafael Rocangiolo dijo que "constituye una reivindicación
histórica indispensable por lo que ha sido la historia en estas décadas
y por lo que Cuba significa como símbolo de la causa de América Latina y
el Caribe".
Los cancilleres estuvieron de acuerdo en que la Celac puede fortalecer
la región ante la crisis financiera mundial, pero aún ni está definido
si las decisiones se alcanzarán por consenso o mayoría calificada. El
canciller chileno Alfredo Moreno opinó que América Latina y el Caribe
"han mostrado que pueden progresar en un momento en el que otros países
más desarrollados han tenido dificultades". Dijo que estos países se han
preparado "sumando fuerzas", actuando en mecanismos como Unasur (Unión
de Naciones Suramericanas) y ahora lo harán desde la Celac "aprovechando
que hay mercados que están creciendo".
El tema subyacente fue la supervivencia de la OEA. El canciller
ecuatoriano, Ricardo Patiño, afirmó que la Celac reemplazará a la OEA,
idea compartida por el presidente anfitrión, Hugo Chávez. "Ese es el
destino de la Celac, llegar a sustituir a la OEA (...), los temas de la
región deben tratarse en la región", dijo Chávez. Para Patiño surge una
oportunidad de mejorar el diálogo regional y abordar temas como la
presencia colonial de Estados Unidos en Guantánamo, tema que no se puede
tratar en la OEA.
Según Chávez, "a medida que pasen los años, [la Celac] dejará atrás a la
vieja y desgastada OEA", fundada en 1948 por iniciativa de EEUU. La OEA
"es un organismo mellado por lo viejo, por el desgaste de los años, muy
lejos del espíritu de nuestros pueblos, de la independencia, de la
integración de América Latina", apuntó el venezolano.
La canciller mexicana, Patricia Espinosa, cree que la OEA, asentada en
Washington, y la Celac "son esfuerzos de cooperación y diálogo
complementarios". Para el canciller uruguayo Luis Almagro, la OEA y la
Celac "son dos cosas absolutamente diferentes". Indicó que la OEA
"incluye a una potencia mundial con una instancia de diálogo diferente",
mientras que el nuevo organismo ofrece una visión latinoamericana y
caribeña "para lograr mejores oportunidades para la región".
- Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno
Mas informacion: http://alainet.org
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UNA OPINION ESPANIOLA AL RESPECTO
REUNION DE LA CELAC ES MAS DE LO MISMO
La dependencia continúa
Milton D’León
Rebelión Dic 12, 2011
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=140994
Entre los días 2 y 3 de diciembre se reunieron en Caracas los representantes de 33 países de América Latina y la región caribeña para dar nacimiento a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC). En la reunión cumbre fueron aprobados la “Declaración de Caracas”, “Plan de Acción” y “Procedimientos” de la naciente CELAC, documentos que establecerían el “compromiso con la integración mediante el diálogo y la concertación”, y ha sido presentada como la constitución de un bloque latinoamericano y caribeño detrás de una política supuestamente independiente y “sin tutelajes desde el Norte”. En Venezuela se le dio tal dimensión que fue presentada incluso como la “continuación del camino iniciado hace 200 años”, tal como reza en la propia Declaración de Caracas, en el marco del “Bicentenario de la lucha por la Independencia”. No faltaron las excusas por no asistir del presidente de Perú, Ollanta Humala, que se encontraba enfrentando el levantamiento del pueblo de Cajamarca, o de Laura Chinchilla, de Costa Rica, haciéndole frente a la resistencia de los trabajadores del banano y del transporte.
Nada nuevo bajo el sol
Fue en Venezuela donde se hizo mucho ruido sobre el surgimiento de la CELAC: “fueron 200 años de lucha y ahora hay que darle vida tras este punto de avance”, había afirmado Hugo Chávez en el segundo día de reuniones, y días antes, su propio Canciller Nicolás Maduro, había hecho alusión a la convocatoria del Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826, cuando Simón Bolívar intentó convocar a los nacientes países de la región latinoamericana. Pero la CELAC no constituye siquiera un organismo con estructura y capacidad de decisiones superior a UNASUR, no digamos una alternativa a la propia OEA a la cual se supone iría a contraponer. Como anunciara el Canciller chileno, Alfredo Moreno, la CELAC será “solamente un foro, no una organización… ni siquiera una secretaría general, como UNASUR, ni nada de eso”, lo cual fue refrendado por la Canciller colombiana, María Ángela Holguín, quien afirmó que "la CELAC es más un foro, no va a tener secretaría ni una estructura como tal porque es un foro de concertación y diálogo”. Y la propia Declaración de Caracas, documento aprobado en la Cumbre así lo establece, la CELAC es un "mecanismo regional” y no un organismo.
Es que no hay nada nuevo bajo el sol, más allá de las declaraciones. La idea de dar origen a la CELAC había surgido desde Brasil, a iniciativa del entonces gobierno de Lula, como un organismo de “concertación política”, para refundar y ampliar el Grupo de Río al resto de los países latinoamericanos y caribeños, y no como un bloque de integración alternativo contra Estados Unidos y Canadá, ni la OEA misma. Se trata de la fusión de la “Cumbre de América Latina y el Caribe sobre la Integración y Desarrollo (CALC)”, creada en diciembre de 2008, en Salvador de Bahía, y del “Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política Grupo de Río”, creado en diciembre de 1986 en Río de Janeiro, que dejan de existir de hoy en más para dar origen a la CELAC.
No faltaron las declaraciones tanto en la propia reunión cumbre como en las posteriores declaraciones políticas de sus integrantes para dejar claro esta cuestión. El subsecretario de Brasil para Asuntos de América del Sur y el Caribe, Antonio José Simoes, fue enfático al indicar que “la CELAC no juega en contra de la OEA, nuestra preocupación es trabajar por la región”. Esa fue la misma postura sostenida por México, a través de su Canciller, Patricia Espinoza: “no veo que nadie esté pensando en que se puede eliminar la OEA, ni creo que pueda ser algo que estuviera en el interés de los países de la región”. Hasta el nuevo gran amigo de Chávez, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, puso las cosas en orden al indicar que “esta integración no es contra la OEA o contra la cumbre Iberoamericana…”; lo mismo afirmó Cristina Kirchner, que viene mejorando la relación con Estados Unidos y ha decidido profundizarla, al reafirmar que “la integración de la CELAC no debe ser contra nadie”.
Es por esto que la CELAC, más que algún tipo de organismo alternativo, no termina siendo más que actos de acomodación en busca de un reordenamiento regional latinoamericano incluyendo a los pequeños países caribeños. Los medios se han encargado de resaltar que tanto Brasil como México han logrado menguar las posturas más contrarias a Estados Unidos, pero la oposición al fortalecimiento de la CELAC no vino sólo de estos dos países; tampoco a Chile, Colombia y Argentina, les entusiasma la idea de cualquier cosa que se contraponga a Washington y que haga peligrar sus intereses. Los gobiernos del llamado bloque del ALBA se han acomodado a la nueva situación, pero esto no es nuevo, no hace poco vimos cómo Chávez venía actuando en este sentido cuando utilizó sus buenos oficios, junto al derechista Santos, de lograr el reconocimiento internacional del gobierno del golpista hondureño, Lobo. Aunque es claro que Brasil movió todo su entramado, esta vez apoyado por México, para cumplir su verdadero rol “geopolítico” manteniéndose en la colaboración e interlocutor clave con el imperialismo en toda la región latinoamericana, “conteniendo” al propio Hugo Chávez y a Evo Morales, y jugando un activo papel a favor de la estabilidad regional.
La unidad de la “diversidad” y el cinismo circundante
“Viva la diferencia… Estas dicotomías entre izquierdas y derechas son parte del pasado”, proclamaba el derechista Sebastián Piñera al cerrar la cumbre de la naciente Comunidad del CELAC. Momentos antes, el también derechista presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, había afirmado que “aquí no importa si se es de izquierda, de centro, de derecha”, siendo secundado por el presidente de Uruguay, José "Pepe" Mujica, al sostener que “la integración se haga sin cometer el error del dogmatismo y con la inclusión y el respeto de todos, derecha, centro e izquierda". No faltaron las declaraciones del mismo tenor y estilo de México, Colombia, Brasil, Argentina, entre otros. En este merengue político, Hugo Chávez, prácticamente en nombre de los países del ALBA, manifestaba su satisfacción por la creación de la CELAC porque es una muestra de que "la voluntad de unirnos es superior a las diferencias".
La hipocresía y el cinismo reinó durante esta cumbre. Mientras en la “Declaración de Caracas” se habla de toda una serie de afirmaciones en defensa de los pueblos, soberanía y otra serie de frases llamativas lejos de cualquier realidad, los propios presidentes encabezan políticas antiobreras y antipopulares en sus propios países, como lo es el gobierno de Calderón que implementa un giro represivo, privatista y antiobrero, asestando golpes a los trabajadores como la derrota de los electricistas y aumenta la injerencia de Estados Unidos, incluyendo la actuación de sus agencias de seguridad en suelo mexicano. El presidente Piñera, además de la continuación de toda la política postpinochetista viene reprimiendo brutalmente a los estudiantes que se rebelan contra el negocio de la educación y les niega su derecho a la educación gratuita, y aplica leyes antiterroristas heredadas de Pinochet a los luchadores de los pueblos originarios mapuches. Sin dejar de hablar de Martinelli, Santos, Lobo y sus políticas en el plano nacional, a la que Ollanta Humala se estrena como presidente reprimiendo a los pobladores de Cajamarca que se rebelan contra la explotación minera.
Los llamados gobiernos progresistas no se quedan atrás, Evo Morales reprime a los pueblos del TIPNIS y más recientemente a estudiantes de El Alto; Ortega en Nicaragua con sus buenas alianzas con los empresarios e incluso con el FMI; Chávez escarmentando a la vanguardia que sale a luchar e imponiendo leyes que cada vez más cercenan derechos democráticos. Se habla contra la “ocupación militar” en la “Declaración de Caracas”, mientras se expanden las bases militares norteamericanas en la región, y todos los presidentes las continúan ratificando, al mismo tiempo que la presencia de la IV Flota se ha restablecido. Al mismo tiempo que se desarrollan las facilidades militares en Colombia, acuerdos “contra el narcotráfico” con México, Costa Rica, etcétera. Todos los gobiernos vienen de buenos negocios y tratados con Estados Unidos, como México con el NAFTA, que consagra la dependencia comercial y económica respecto del mercado norteamericano, lo mismo han hecho los países de Centroamérica y del Caribe, hacia allí avanzan Perú y Chile, entre otros países de la región. Y ninguno deja de pagar religiosamente la deuda externa, y cumplir los tratados que ya tienen con Estados Unidos.
Otra de las cuestiones que explica esta “unidad” en la diversidad, donde se resalta insistentemente que no importan las diferencias sean de derecha, centro o de izquierda, es la necesidad de los distintos gobiernos de buscar su estabilidad política en el marco de las pujantes tensiones internas y, más allá de la coyuntural mejora económica, la amenaza de la crisis económica internacional. Pero también, como explicamos en la última revista Estrategia Internacional Nro. 27, esta convergencia de todos estos gobiernos latinoamericanos y caribeños, no sería más que expresión de “movimientos convergentes ‘hacia el centro’ buscando un nuevo punto de equilibrio para no arriesgar la ‘gobernabilidad’ en momentos en que prima el crecimiento en la mayoría de los países sudamericanos. Los gobiernos ‘posneoliberales’, sean nacionalistas o progresistas buscan ‘normalizarse’ en la gestión del Estado burgués y mejorar sus entendimientos con la burguesía y el imperialismo y se endurecen frente a las presiones de las clases subalternas que emergen en su flanco izquierdo, lo que puede dar pie a distintos elementos de polarización y actividad obrera y popular…”.
Buenos negocios
No fue menos curioso que mientras se realizaba la cumbre de la CELAC, paralelamente se reunían otros organismos existentes, como la propia UNASUR y hasta Petrocaribe, además de una cantidad de reuniones bilaterales entre los distintos países donde se cerraban grandes acuerdos comerciales, como si el encuentro de Venezuela fuera la oportunidad para otras iniciativas de buenos negocios. Basta mencionar algunos ejemplos. Venezuela cerró la compra de unos 20 aviones comerciales a la brasileña Embraer, la tercera mayor fabricante mundial de aeronaves. Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff utilizaron el marco de la cumbre de Caracas para anunciar la creación de un Mecanismo de Integración Productiva entre Argentina y Brasil para los buenos negocios entre las distintas burguesías. A los empresarios colombianos vía los acuerdos con el gobierno de Santos y el de Chávez, se les reconoció un desgravamen arancelario al 50% de los productos que antes tenía con el Pacto Andino. México y Venezuela avanzaron en acuerdos para que se llegara a acuerdos con empresas intervenidas por Chávez con la creación de empresas mixtas y buena indemnización por Cemex, además de otros tratados comerciales. Venezuela y Argentina firmaron más de 28 acuerdos comerciales donde los empresarios argentinos salieron muy contentos, de igual manera se firmaron acuerdos con Uruguay, Nicaragua, los países del Caribe, y un largo etcétera de negociados, que difícilmente salen a la luz pública. Esta fue realmente la cuestión útil de la cumbre, pero lejos de cualquier camino hacia la independencia.
Una vez más se demuestra que sólo los trabajadores pueden dar una lucha por la unidad latinoamericana
De esta manera, una vez más se demuestra la imposibilidad de que de la mano de las burguesías locales, incluso de aquellos gobiernos que se presentan de progresistas y nacionalistas, se resuelvan los acuciantes problemas populares ni se supere el atraso y la dependencia. Sin expulsar al imperialismo y traspasar los límites de la propiedad privada y del régimen capitalista, no hay manera de resolver ninguno de nuestros problemas acuciantes mucho menos alcanzar la liberación nacional. La clase trabajadora, por su rol central en la producción y su concentración en los nudos vitales de la economía, la vida social y la política como son las grandes ciudades, es la fuerza social fundamental, para llevar hasta el final la lucha por la liberación nacional, y al mismo tiempo, encarnar un proyecto social emancipatorio basado en la abolición de las relaciones capitalistas. Es necesario impulsar un programa de acción de los trabajadores que a partir de responder al ataque de los capitalistas y sus gobiernos y a la catástrofe a que nos conducen, plantee poner fin a la anarquía capitalista y reorganizar la economía en función de las necesidades populares mediante la propiedad colectiva de los medios de producción, tareas que sólo pueden ser íntegramente resueltas por un poder de los trabajadores apoyado en la alianza con los campesinos y el pueblo pobre. Esto significa conquistar por vía revolucionaria Estados obreros que, uniéndose en una Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina, inicien la construcción del socialismo, única alternativa real a la barbarie de la decadencia capitalista.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Nuestro sistema politico es absoleto pues recrea el poder economico y politico de trasnacionales y socios internos quienes impiden el desarrollo sostenido del pais. La nueva democracia tiene que armarse a partir de organizaciones de base en movimiento. Imposible seguir recreando el endeudamiento, el pillaje y la corrupcion. Urge reemplazar el presidencialismo por parlamentarismo emergido del poder local y regional. Desde aqui impulsaremos debate y movimiento de bases por una NUEVA DEMOCRACIA
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